Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento que pueden causar emociones negativas innecesarias e interpretaciones incorrectas de la realidad. Son pensamientos automáticos que surgen en nuestra mente sin que seamos plenamente conscientes y que, si no se abordan, pueden tener un impacto negativo en nuestra vida cotidiana y nuestra salud mental, como es el caso de la personalización.
Es crucial comprender y reconocer las distorsiones cognitivas, como es el caso de la personalización, porque pueden afectar nuestra percepción de la realidad, nuestras decisiones y nuestras emociones. Las distorsiones cognitivas pueden contribuir además negativamente a la salud mental con problemas como la ansiedad y la depresión si no se tratan.
¿Qué es la personalización?
Asumir la responsabilidad de acontecimientos externos que son incontrolables para nosotros es una distorsión cognitiva conocida como personalización. Por ejemplo, si alguien te ignora en una reunión, puedes pensar que lo hizo porque no le caes bien o te odia. Esta distorsión cognitiva puede causar una baja autoestima y una sensación de falta de control sobre la vida.
En otras palabras, es cuando algo sucede (a nosotros o a personas cercanas) y creemos que tiene que ver con nosotros sin pruebas que lo respalden; una persona puede sentirse el centro de las circunstancias que están ocurriendo y estar molesta o frustrada por eso, aunque no sea cierto ni tenga razones objetivas.
Antes de nada, hemos de tener en cuenta cuándo estamos ante una personalización y cuándo no, ya que es muy fácil, aunque equivocado, autodiagnosticarse con pequeños conocimientos. Entonces, no estamos ante esta distorsión cognitiva cuando:
– Alguien reconoce que desea dañarme.
– Tengo grabaciones de audio, videos o fotos hechas para dañarme.
– Aunque no tenga esa intención, realmente hago cosas que dañen a otros.
Sí que se trata de personalización cuando:
– Pienso que alguna persona quiere hacerme daño porque lo presiento, pero no tengo pruebas, o estaba próximo cuando algún acontecimiento negativo sucedió.
– Asumo que el mundo está en mi contra porque tengo un mal día.
– A pesar de haber hecho todo lo posible para ayudar a las personas cercanas y no haber hecho nada para perjudicarlas, me siento culpable.
Personalizar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, cada crítica y opinión, y asumir la responsabilidad por hechos negativos cuando no hay razón para ello, nos lleva a la culpa. Incluso sin ser responsables, debemos decidir si lo ocurrido se debe a nuestra culpa o a nuestra incapacidad y, por ende, tendremos pensamientos negativos.
Tipos de personalización
Hay dos tipos de personalización comunes, aunque a veces puede suceder una mezcla de ambas:
“Todo es mi culpa y mi responsabilidad”
Las personas responsables de todo tienen un alto locus de control interno, lo que significa que creen que todo a su alrededor tiene que ver con ellas. Se sienten responsables del bienestar, los logros y la estabilidad de los demás, por lo que se desgastan tratando de arreglar todo, pero al final no pueden hacerlo, se frustran y se critican mucho a sí mismos.
Las emociones principales de estas personas incluyen culpa, porque si los demás no triunfan es su culpa, soberbia, porque consideran los logros de los demás como sus propios, y frustración, porque no puede solucionar todo lo que está sucediendo a su alrededor.
La víctima
Las personas con este tipo de personalización creen que los demás los quieren lastimar, dañar o molestar, y sienten la necesidad de cuidarse de todo porque siempre están en peligro de ser dañados. También pueden pensar que tienen mala suerte.
Esta idea está relacionada directamente (pero no exclusivamente) con la depresión porque corresponde a un locus de control externo intenso, que puede hacerles sentir que no pueden cambiar nada o ser felices porque siempre habrá algo o alguien esperando para arruinarle la vida.
Las emociones que sienten estas personas incluyen la impotencia, que ocurre cuando creen que no pueden cambiar las cosas; el enfado, que ocurre cuando se sienten atacados, y la paranoia, que ocurre cuando creen que deben estar siempre alerta.
Cómo tratar la personalización
La forma de trabajar cuando una persona va a terapia y tiene estos pensamientos consiste en ayudarle:
– A identificar los conceptos.
– Saber por qué tiene esos pensamientos y distorsiones.
– Técnicas para liberarse de la responsabilidad de las vidas de otras personas.
– Aprender a aceptar las cosas en las que tienen poder y las que no.
La mejor opción para la personalización es comprenderse a uno mismo, hacer un parón e intentar comprender a dónde nos vamos. Significa brindarnos la calma y la claridad mental necesarias para comprender la situación en ese momento, sin distorsionar la realidad que a veces cometemos.
Analizar qué cosas realmente están en mis manos es la mejor forma de vencer a la personalización. Estas ideas no son útiles porque la realidad es que las cosas a veces simplemente pasan, no importa cuán buenos hayamos sido; siempre podemos tener un mal día, y lo importante es cómo lo abordamos.