A pesar de la gravedad de la situación, la atención política está enfocada en otros asuntos, dejando en segundo plano la urgencia de combatir esta crisis ambiental.
Los últimos pronósticos meteorológicos del país indican que los vientos, que anteriormente provenían del norte, ahora soplan desde el sur, lo que intensificó los incendios forestales que desde hace más de tres meses afectan al oriente de Bolivia. Esta nueva dirección del viento aumentará la fuerza de las llamas, complicando los trabajos de los bomberos y afectando a un mayor número de familias.
Ante este panorama, organismos internacionales recomendaron la evacuación de las comunidades más vulnerables del municipio de Concepción, uno de los más afectados del departamento de Santa Cruz. Además, las predicciones de lluvia solo cubren la zona de los valles y el norte integrado del departamento, dejando fuera a la Chiquitanía, uno de los territorios más perjudicados por los incendios.
Jhonny Rojas, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) de Santa Cruz, citado por Unitel, informó que ya se registraron más de cinco millones de hectáreas devastadas por el fuego, describiendo la situación como el “mayor desastre de la historia del país”. Aproximadamente el 50% de las áreas protegidas del oriente sufrieron graves daños en su flora y fauna.
Rojas, al igual que otros actores involucrados, denunció que estos “desastres naturales provocados” son resultado de quemas indiscriminadas. Asimismo, instó a que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) y el Instituto Nacional de Reforma Agraria (Inra) tomen medidas urgentes para detener los factores que inciden en las quemas.
A pesar de la gravedad de los incendios, la atención política está enfocada en otros asuntos, dejando en segundo plano la urgencia de combatir esta crisis ambiental, mientras miles de personas luchan por proteger el medio ambiente y cuidar la salud pública.
