En lo que va de 2023 (entre enero y agosto) en Bolivia se incautaron 14,98 toneladas de cocaína y se incineraron poco más de 334 toneladas de marihuana, de acuerdo con la información proporcionada por el Ministerio de Gobierno, cifras que son mayores a lo que se regstró en el mismo periodo de tiempo de la gestión 2022.
Para ponerlo en cifras, entre enero y agosto la pasada gestión se secuestraron 14,19 toneladas de cocaína y 141,4 toneladas de marihuana en operativos ejecutados por el aparato policial. Las cifras de lo que va del presente año también son mayores a las de gestiones pasadas.
El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, señaló este domingo que la lucha contra el narcotráfico es prioridad del Estado e informó que a agosto se secuestró cerca de 793 toneladas (t) de sustancias controladas mediante más 27.647 operativos.
“La lucha contra el narcotráfico para nuestro Gobierno es una prioridad de Estado y venimos ejecutando una lucha frontal y transparente contra este flagelo (…). Todo este trabajo nos ha permitido romper el récord histórico de otras gestiones”, dijo la autoridad en entrevista con el aparato de comunicación.
De acuerdo con los datos oficiales, desde el 9 de noviembre de 2020 hasta el 30 de agosto de esta gestión, se realizaron 27.647 operativos, que viabilizaron el secuestro de 56,92 toneladas de cocaína y 737,81 toneladas de marihuana.
Además, se aprehendió a 8.912 personas vinculadas al narcotráfico en el territorio nacional y se desbarató y afectó al patrimonio de las organizaciones criminales.
Entre los resultados más recientes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) están la destrucción de un megalaboratorio emplazado en la provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz, el pasado 31 de agosto.
”Este megalaboratorio tenía una capacidad de producción de 400 a 500 kilos mensuales de clorhidrato de cocaína y con su destrucción total logramos afectar al patrimonio del narcotráfico en más de 800.000 dólares”, indicó Mamani.
Ese mismo día, se destruyó una pista clandestina, ubicada en la provincia Germán Busch, del departamento de Santa Cruz, que era utilizada para transportar cocaína peruana vía aérea a la República de Brasil y tenía una longitud de más 1.500 metros de largo.
“Con el uso de explosivos, supervisado por el grupo especial de demoledores, fue destruida y anulada”, explicó el viceministro Mamani en el lugar.