La abogada de la Defensoría de la Niñez de La Guardia, Ana Isabel Rojas, indicó que las maestras investigadas impartían clases en una unidad educativa de una comunidad de ese municipio, pero al ser denunciadas ya fueron removidas a otro establecimiento.

Agregó que el caso se conoció luego de que los padres solicitaran la investigación, pues habían observado ciertos actos de las docentes y sobre todo, que sus hijos tenían temor a sus maestras. Además aparecían con algunas lesiones. 

«Nos llegó una nota de los padres de familia de esa unidad educativa donde sus hijos estaban siendo víctimas de violencia, hechos que les había llamado la atención y denunciaron», explicó. 

El equipo multidisciplinario de la Defensoría se trasladó hasta la comunidad para indagar la denuncia, realizaron las evaluaciones sicológicas en diferentes ocasiones y de forma independiente a los estudiantes, quienes confesaban entre llanto todo lo que las dos maestras hacían.

Tras conocer el duro testimonio de los estudiantes víctimas de violencia, la Defensoría se constituyó como parte denunciante en contra de las maestras, es por ello que las dos docentes ya fueron citadas por el Ministerio Público para declarar el martes a las 14:00 horas.

En las entrevistas sicológicas, uno de los niños relató que fue amordazado y amarrado con yurex, sentado en una silla y delante de todos sus compañeros. Incluso, otros niños señalaron que eran golpeados en sus manos y cuerpo, eran castigados de diferentes formas y hasta no les permitían ir al baño, haciéndose sus necesidades en su ropa.

Rojas califica de actos intolerables por lo que decidieron denunciar el caso de oficio, ahora se aguarda que las dos profesoras denunciadas comparezcan ante el fiscal a brindar su declaración.

Las educadoras dictaban clases en varios grados, incluso una fungía como directora interina. «No hay argumento válido, no se pueden tolerar estos hechos, nada justifica el actuar de estas profesoras», recalcó y adelantó que solicitarán que sean puestas ante el control jurisdiccional y queden aprehendidas, pues estos hechos no pueden repetirse.

Según la declaración de los estudiantes víctimas, las agresiones se venían registrando desde hace un año, siendo reiterativas y los niños temían contarle a sus padres lo que sufrían por miedo a represalias de las maestras.