Desde su aparición, el uso del teléfono y los smartphones siempre ha generado debate sobre la seguridad y la radiación que emiten. Tanto las horas de uso, como el lugar en donde guardarlos ha sido foco de la discusión pública y científica, pero en los últimos años ha ido creciendo la preocupación por los posibles efectos sobre la salud.
A medida que la dependencia de la sociedad hacia estos dispositivos aumenta, también lo hace el escrutinio sobre las emisiones que generan y su impacto en el bienestar humano.
Tras realizarse diversas investigaciones sobre el uso del teléfono celular, se han creado dos paradigmas que han dividido a los expertos: los que dicen que no hay nada de qué preocuparse en lo que respecta al uso del smartphone y los que están preocupados.
Qué es la radiación electromagnética y cómo afecta a los humanos
Los teléfonos móviles emiten radiación electromagnética de bajo nivel, específicamente ondas de radiofrecuencia, que según la clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, son “posiblemente carcinogénicas” para los seres humanos. Sin embargo, esta categoría es una advertencia: indica que existe la posibilidad de que la exposición a estas radiaciones pueda incrementar el riesgo de desarrollar cáncer pero remarca que la evidencia aún no es concluyente.
De hecho, las ondas emitidas por los celulares son de tipo no ionizante, lo cual significa que no tienen la energía suficiente para alterar el ADN de las células directamente.
Hasta la fecha, la American Cancer Society (ACS) y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sostienen que, con la excepción de los riesgos derivados del sobrecalentamiento, los teléfonos móviles son seguros y no carcinogénicos.
Qué tan seguro es llevar el celular en el bolsillo
Uno de los temas de mayor interés en esta discusión es el impacto potencial de la radiación de radiofrecuencia en la fertilidad masculina. Una investigación realizada a 2.886 hombres por la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva indica que podría haber una afectación negativa en la calidad y cantidad del esperma, lo cual ha encendido alarmas sobre las recomendaciones de uso.
Sin embargo, la comunidad científica coincide en la necesidad de más estudios controlados y concluyentes para establecer una relación de causalidad directa.
Frente a la incertidumbre y como medida de precaución, expertos recomiendan adoptar estrategias para minimizar la exposición a dicha radiación:
- El uso del modo avión cuando sea posible
- Mantener los dispositivos alejados del cuerpo
- Apagarlos cuando no estén en uso
Estas recomendaciones buscan reducir la exposición personal ante la falta de consenso científico.
La situación actual plantea un dilema sobre cómo equilibrar el uso de los teléfonos móviles con las precauciones de salud recomendadas por especialistas.
A pesar de la clasificación de las radiaciones como posiblemente carcinogénicas y los estudios que sugieren posibles efectos adversos, aún falta evidencia contundente para dictaminar medidas regulatorias específicas.
Qué medidas preventivas se pueden tomar
Mientras las investigaciones siguen su curso, la adopción de prácticas preventivas por parte de los usuarios parece ser el abordaje más prudente ante la incertidumbre científica, poniendo de manifiesto la importancia de seguir investigando en este campo para proporcionar respuestas definitivas y claras sobre los efectos de la radiación de radiofrecuencia en la salud humana.
Se recomienda mantener los teléfonos apagados cuando sea posible, o al menos en modo avión con Bluetooth y Wi-Fi apagados, lo que reduce la cantidad de radiación que emite el dispositivo, porque transmite menos señales electromagnéticas.
La precaución y el uso consciente emergen como estrategias clave ante la falta de un consenso claro sobre los efectos a largo plazo de la exposición a dicha radiación.