La noche del jueves en el Hospital Japonés, de la ciudad de Santa Cruz, se registraron altercados entre personas que exigían atención y los médicos. Tras este suceso, este lunes el Colegio Médico se declaró en emergencia y pidió garantías.

“Sabemos el stress, sabemos la impotencia, pero no da para agredir a nuestro personal médico. Por ello estamos exigiendo a la Asamblea Legislativa se haga un ley que proteja a nuestros médicos, para que aquel que agreda a nuestros médicos, pues vaya preso”, indicó el presidente del Colegio Médico de Santa Cruz, Wilfredo Anzoátegui, durante conferencia de prensa.

Anzoátegui señaló que la saturación no solo es en el tercer nivel de atención, también se reporte en los primeros dos niveles. Pidió a la ministra de Salud, María Renée Castro, llegar a Santa Cruz y reunirse con las autoridades y los médicos.

En un comunicado, el Colegio Médico se declaró en estado de emergencia permanente y solicitaron “la activación inmediata de todas las instancias pertinentes para encontrar soluciones a este grave de problema de Salud Pública”.

También pidieron a la Policía y Fiscalía tomar los recaudos necesarios para “precautelar la integridad física y psicológica” del personal médico.

También exigieron, a la Gobernación y Municipio de Santa Cruz de la Sierra, seguridad. Al Gobierno central, exigieron la “dotación de ítems o recursos económicos destinados a la contratación de personal en las áreas de emergencia y críticas de los hospitales”.

Los médicos tienen prevista una reunión interinstitucional de emergencia para las 18:00 de este lunes con el objetivo de “analizar la situación de agresión a los profesionales y trabajadores de salud”.

El altercado

El pasado jueves, un paciente de la tercera edad que tenía dificultades para respirar, esperó por horas dentro de una ambulancia en puertas de emergencias de este nosocomio, lo cual preocupaba a su familia ya que temían llegue a perder la vida al interior del vehículo de emergencia, por lo que pidieron a gritos que sea atendido.

Sin embargo, todo se salió de control cuando el encargado de los galenos salió e intentó obligar a la familia a que firmara un documento para evitar responsabilidades al hospital ante la posibilidad de la muerte del paciente.

Esto provocó la indignación de estas personas quienes terminaron enfrentándose con los médicos y enfermeras de este nosocomio entre empujones y gritos de desesperación.