Golpes de puño y patadas recibió el presidente de la Brigada Parlamentaria de Potosí, Abelardo Colque Vicente, en plena oficina de este cuerpo legislativo. Un video que difundió Radio Kollasuyo, de esa ciudad, da cuenta de las agresiones a dos personas, una de ellas sale huyendo rápidamente y el que recibe toda la golpiza es el legislador masista.
“Esta mañana salí en una conferencia de prensa para hablar de la gestión del presidente Lucho, estos compañeros no quieren dar información del presidente Lucho, eso es exactamente porque me quieren pegar, son mandados por el hermano Evo y el gobernador del departamento de Potosí (Johnny Mamani)”, denunció el agredido luego de la golpiza.
La veintena de personas lo golpeaban incluso cuando está en el suelo y le propinan patadas, cuando logra pararse, dos mujeres le rasgan el rostro mientras otros varones siguen pateándolo y logra salir no sin antes seguir recibiendo golpes.
“Es cobarde lo que estamos recibiendo, nosotros estábamos en reunión con el presidente de la federación departamental de cooperativas mineras, entonces ha llegado este grupo, es un grupo delincuencial que está buscando persona por persona”, relató Colque.
Dijo que pudo identificar a una de las seguidoras de Evo Morales de nombre Ana que fue la que encabezó el grupo que irrumpió en la oficina de Colque con comunarios de Tinguipaya.
No solo el diputado, también agredieron a la periodista que grabó la golpiza y le amenazaron con golpearla. Seis mujeres ataviadas con las mantas de las Bartolinas y blandiendo wiphalas le exigieron que dejara de grabar, mientras otras dirigentas se enfrentaban a las iracundas mujeres.
Abelardo Colque Vicente es un nobel diputado de 34 años, potosino, que juró como presidente de la Brigada Parlamentaria de Potosí por el MAS, su pecado fue defender la gestión de Luis Arce y es considerado ‘arcista’.
Es la segunda agresión que protagonizan los allegados al expresidente, Evo Morales. El 24 de febrero pasado, el secretario de Culturas del municipio de Uncía; Martín Choque, quitó la silla donde iba a sentarse el exmandatario. Pero solo se ganó una golpiza de parte de los acólitos ‘evistas’ y luego se desató la persecución contra su familia, al punto de provocarle un aborto a su esposa.