La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, afirmó este domingo que el líder del MAS, Evo Morales, sintoniza con la derecha en sus críticas a la gestión del presidente Luis Arce y aseguró que los ataques sistemáticos están destinados a evitar que Luis Arce gobierne.
Destacó la coincidencia en los mensajes emitidos por Evo, su grupo de seguidores y la misma derecha nacional e internacional que criticaba a Morales, ya que todos presentan exactamente el mismo discurso vinculado a la economía, corrupción y narcotráfico.
Sospecha que Evo Morales fue alineado e instrumentalizado por la derecha para sabotear un gobierno que pertenece a las organizaciones, causando daño a un gobierno surgido del pueblo, solo con el objetivo de imponer una candidatura única.
Prada hizo referencia a una publicación internacional sobre declaraciones del exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien atribuyó a Evo Morales la condición de candidato invencible y líder de las luchas antineoliberales, sin considerar que el MAS no está representado por una sola persona, sino por ideales y principios.
Rechazó el criterio de Quintana en cuanto a que el gobierno esté dividiendo a las organizaciones sociales en pacto con la derecha, señalando que el acuerdo suscrito en el Senado Nacional estableció una agenda política propuesta por Comunidad Ciudadana y Creemos, a cambio de apoyar a la bancada «evista» en el control de la Cámara de Senadores.
“¿Quiénes, entonces, están alineándose a los intereses, al programa, al discurso y a las acciones de la derecha en este momento? Creo que el pueblo lo tiene claro, y eso es lo que muchos compañeros no están sabiendo leer y percibir. Después de semejantes acciones, declaraciones y acusaciones por ambiciones personales, ya no nos vamos a callar”, declaró a un canal estatal.
La autoridad indicó que Evo Morales y la derecha lanzaron ataques sistemáticos con el intento de evitar que el presidente Luis Arce gobierne, pero el presidente está firme para seguir trabajando y gobernando sin traicionar el programa y el mandato del pueblo boliviano, sin ser «ni traidores ni cobardes».