“Fue fraude, no golpe!!!”. Así el expresidente Carlos Mesa se pronunció después de que la Fiscalía presentó la acusación formal contra ocho personas en el caso denominado Golpe de Estado 1.

Mediante redes sociales, Mesa consideró que el Gobierno de Luis Arce reactivó la persecución contra opositores “para acallar la protesta por el asalto al Órgano Judicial”.

La Fiscalía acusó a Luis Fernando Camacho y los otros implicados en el caso por el delito de terrorismo, cuya pena llega a los 20 años de cárcel. 

Mesa observó que el tipo penal de terrorismo ha sido observado por organismos internacionales. Por ejemplo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió al Estado boliviano reformar ese tipo penal tomando en cuenta que su definición es “amplia e imprecisa”.

El expresidente señaló también este proceso está “basado en hechos que no existieron, con pruebas fraudulentas y forzadas”.

Finalmente expresó su solidaridad con los acusados y con más de 200 presos políticos, que consideró encerrados por una “dictadura”.

En el caso Golpe I, la Fiscalía investigó la presunta coordinación de Camacho con militares y policías para derrocar a Evo Morales en 2019, bajo el argumento de que hubo un fraude electoral.

Mesa en 2019 era el candidato que competía con Morales y, desde entonces, denunció un “fraude escandaloso” en las elecciones. La OEA después emitió un informe donde corroboró irregularidades y determinó que no podía avalar el resultado de esa elección.