La justicia ordenó la detención en la cárcel de Palmasola de varios implicados en el asesinato del taxista José Carlo Orellana Peralta de 27 años, hecho que causó conmoción en Santa Cruz.
Asimismo, dos adolescentes, uno de ellos el que disparó en la humanidad del transportista fueron enviados por una jueza de la niñez al hogar Cenvicruz y a Fortaleza.
Las dos audiencias se desarrollaron este sábado ante jueces en el Palacio de Justicia, mientras familiares acudieron para expresar su repudio contra los detenidos.
Tras la llegada de los acusados, escoltados por la Policía al palacio de Justicia, la familia rompió en llanto ante la impotencia de haber perdido a su ser querido de la forma más violenta.
La hermana de José Carlo, llorando clamó justicia y pidió aplicar la pena máxima a los responsables. “Ellos están vivos, mi hermano muerto, lo mataron sin piedad”, exclamó.
Los informes de la Policía y la Fiscalía a la cabeza de la fiscal Rose María Barrientos, establecieron que la madrugada del 14 de este mes José Carlo Orellana recibió un llamado telefónico de una mujer con la aplicación Yango para que se dirija a la zona de El Bajío entre quinto anillo y avenida San Martín de Porres. Aquí suben al vehículo dos adolescentes y les piden los traslade hasta el octavo anillo barrio Blooming.
Al llegar al lugar uno se sienta tras, se niegan a pagarle y hubo forcejeo. En ese instante el adolescente desde atrás le disparó, pero el taxista no muere por lo que lo golpean hasta liquidarlo.
Después trasladan al taxista al asiento del pasajero para tomar el volante y se van hasta inmediaciones de la Villa Olímpica del barrio El Trigal. Ahí bajan al taxista y lo llevan a los matorrales para abandonarlo.
Hacer desaparecer el cuerpo
Las investigaciones de la Policía determinaron que los que se negaron a pagar la carrera, llamaron a sus amigos para que les ayuden a cavar una fosa y enterrar el cuerpo para burlar los controles. Fue así que consiguieron herramientas como picotas y palas y empezaron a cavar. Sin embargo, ya era más de las cuatro de la mañana y observaron que había peligro porque los vecinos empezaban a trajinar por la zona y había temor de ser vistos. Por esa razón dejaron a medias el trabajo.
Del mismo modo los pasajeros del auto dijeron a sus amigos que primero repartirían Bs 200 a cada uno. Luego planearon vender el autopor lo que lo trasladaron a otro lado, pero faltó gasolina por lo que se vieron obligados a abandonarlo por la misma zona del barrio El Trigal.
La fiscal Rose María Barrientos fundamentó la existencia de pruebas contundentes de que los aprehendidos participaron de forma activa en el hecho violento para quitarle la vida al transportista, a fin de no pagarle la carrera y después vender el motorizado.
La representante de la Fiscalía imputó a todos por asesinato ante el juez cautelar Fernando Mejía y pidió la detención preventiva en la cárcel de Palmasola. El juez ordenó la detención en Palmasola.
Respecto a los dos adolescentes, la Fiscalía de la misma los imputó por dentro de la justicia penal juvenil. La jueza de la niñez y adolescencia Shirley Becerra tras hacer una valoración determinó enviar a uno al hogar Fortaleza y al que disparó a Cenvicruz.
Las investigaciones de la Policía y la Fiscalía determinaron que el hecho no fue planificado sino que el grupo de jóvenes llamó al móvil, no pagaron la carrera y ante el reclamo del taxista recibió como respuesta disparos de arma de fuego y golpes hasta que acabaron con su vida. Los familiares piden se aplique la máxima pena.