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Pueblos indígenas pierden territorio, alimentación y agua por los incendios

“Necesitamos ayuda en San José de Uchupiamonas. Hay cuatro puntos de fuego y solos no podemos apagar porque el viento está a su favor”, es el clamor de Miriam Pariamo Apana, una de las dirigentes del territorio ubicado en el norte paceño.

Las poblaciones indígenas del norte paceño, de Beni y de Santa Cruz son golpeadas por los incendios forestales que ponen en riesgo su territorio, su alimentación y agua. “Para los indígenas, el bosque es su tierra, allí encuentran comida, medicina y agua y el fuego arrasa con todo”, explicó Alex Villca Limaco, vocero de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (Contiocap).

Mencionó al pueblo indígena Tacana como uno de los más afectados por su cercanía con el Parque Madidi donde los pueblos Buena Vista, Bella Altura, San Isidro, San Miguel del Bala, Villa Alcira, Tres hermanos y Altamarani, entre otros, luchan contra el fuego que arrasa con el bosque e incluso con viviendas. “Las autoridades minimizan la quema de las casas que ya suman 21”, lamentó.

Otros pueblos indígenas golpeados por los incendios con el Chiman Moseten, en Pilon Laja; Carmen Florida y Asunción del Quiquibey. “Los chimanes se ven obligados a huir a las profundidades de la selva porque no pueden expresarse en castellano. Huyen al interior de la selva. “La casa grande está en llamas, está ardiendo nuestro espacio de vida y lo peor de todo es que se queman los acuíferos, un elemento fundamental para la sobrevivencia”, añadió.

El escenario es similar en Santa Cruz. Allí, los indígenas chiquitanos, ubicados fundamentalmente en los municipios de San Ignacio de Velasco en el área protegida del Bajo Paragua que colinda con el Parque Noel Kempff Mercado, deben encarar el incendio de los bosques, señaló el director de Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca), Marcelo Arandia.

Arandia detalló que el fuego está en el área protegida de la TCO Monte Verde, en el parque Kaa Iya y en el área protegida de Ñembiguasu donde habitan indígenas guaranís.

Por la zona de la provincia Guarayos, los incendios llegaron a la zona específica del Área Forestal Río Blanco y Río Negro en el municipio Indígena de Urubichá.

El presidente del Comité Cívico de San Buenaventura, en el norte paceño, Alejandro Mendoza, aseguró que el Madidi sigue ardiendo y las llamas se ven de día y de noche. Lamentó la tardanza de la ayuda enviada por el Gobierno central que inicialmente envió sólo un helicóptero que cargaba agua con motobomba de tanques.

Perla Uzquiano, una de las lugareñas, denunció que la ayuda de la Gobernación paceña fue de seis palas, siete machetes y cinco picotas. “Se necesita comida para los voluntarios”, pidió.

Incendios

En lo que va del año, los incendios forestales afectaron a 2,9 millones de hectáreas en Bolivia, de los cuales el 56 por ciento está en el departamento de Beni, informó Tejerina.

En Beni se quemaron 1.666.904 ha, 80 por ciento matorral y pasturas secas y el 20 por ciento bosque.

Desde la noche del lunes, rige la declaratoria de desastre en Beni. El municipio más afectado es Rurrenabaque, que suma más de 140 comunidades afectadas por los incendios forestales y la sequía.

Biólogos demandan declaratoria de desastre

Los Colegios de Biólogos de Cochabamba y La Paz exigieron la declaración inmediata de desastre nacional, debido a la cantidad de incendios que hasta la fecha no han sido controlados.

Demandaron la abrogación inmediata de leyes, reglamentos y normas nacionales, departamentales y municipales que vulneran la existencia de bosques, ríos, suelos y aire sanos.

Exigen auditorías a las entidades nacionales fiscalizadoras de “nuestros recursos naturales para verificar las acciones de fiscalización y control que efectúan en el marco de sus competencias”.

También se declararon en estado de emergencia hasta que se revierta la actual situación que se registra en Bolivia.

Desde la Asamblea Permanente de Derecho Humanos de La Paz, se “condena la complicidad, tolerancia  y falta de responsabilidad  tanto del Gobierno como las autoridades departamentales ante los incendios provocados intencionalmente en zonas boscosas y áreas protegidas en todo el territorio de nuestro país”.

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