El exdirector de Migración, Marcel Rivas, que se encuentra detenido en la cárcel de San Pedro de la ciudad de La Paz hace dos años y 11 meses, y que desde el jueves 26 de octubre ingreso en huelga de hambre seca en protesta contra los jueces y fiscales a quienes acusa de dilatar su encierro, pidió a sus familiares, en una nota, que lo cremen, que cuiden a sus abuelos y que no dejen solas a sus mascotas y las alimenten.
La nota manuscrita por el exfuncionario público en el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez, fue entregado el sábado a la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), Amparo Carvajal.
Mario Rivas, padre de Marcel, difundió en las redes sociales una carta en la que expresa su preocupación por la salud de su hijo y acusa al Gobierno de inventar denuncias.
“Es inocente, pero continúa en la cárcel, después de todo eso aparentemente aparece otro juicio, que nadie lo conoce solo Marcel y fue la gota que rebasó el vaso. Marcel tomó una determinación casi suicida (…) Marcel nació con un solo riñón, el otro quedó atrofiado, si el no consume agua tendrá en consecuencia un paro renal fatal para su salud, como padre pido a las autoridades que no jueguen con la salud, que paren de inventar juicios y se avoquen a dirigir Bolivia en mejor forma”, se lee en la nota.
En junio de este año, el Juzgado Primero de Sentencia Anticorrupción de La Paz sentenció a tres años de prisión a Rivas por el delito de incumplimiento de deberes, condena que no implica reclusión en la cárcel, según su defensa. Además, fue absuelto en el proceso que se lo responsabilizaba de la huida del país de Arturo Murillo y Luis Fernando López.