El Gobierno de Bolivia reportó este lunes que 200.871 familias han resultado damnificadas por la sequía que afecta a varios departamentos del país que se declararon en desastre o emergencia.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, indicó que de los nueve departamentos del país únicamente Oruro se declaró en «desastre», mientras que las regiones de La Paz, Cochabamba y Chuquisaca están en «emergencia».
«Nos preocupa el comportamiento de otros departamentos que no han hecho ninguna declaratoria», remarcó.
Calvimontes dijo que la condición de desastre en Oruro muestra que ese departamento no posee formas para atender la sequía, en cambio las otras regiones «tienen recursos económicos» para hacer frente a esa situación.
Asimismo, el viceministro precisó que 144 municipios, de los 336 que tiene Bolivia, se declararon en desastre, la mayoría en los departamentos como La Paz (53) y Cochabamba (28), que no están alerta máxima y Santa Cruz (12), que aún no tiene aviso de emergencia.
Además, otros 151 municipios están en estado de emergencia en varias regiones bolivianas, según el Gobierno.
El departamento de Potosí «no ha hecho ninguna declaratoria ni de emergencia ni de desastre», dijo Calvimontes pese a que su capital homónima cuenta con los niveles mínimos de provisión de agua y la situación en el campo es crítica.
El Gobierno activó un plan de «respuesta inmediata» para afrontar la sequía orientado a garantizar el líquido «para el consumo humano, para el consumo animal y para la producción», apuntó el viceministro.
Calvimontes mencionó que el trabajo consiste en la entrega de carros cisterna de «distintas capacidades» según a la necesidad de cada municipio, la distribución de pastillas potabilizadoras a las familias damnificadas y filtros de agua que se instalarán en escuelas y centros médicos.
El Gobierno cuenta con unos 17 millones de dólares para atender las emergencias por la sequía, afirmó Calvimontes.
Bolivia afronta desde hace varios meses una intensa sequía que afecta a gran parte de su territorio y que amenaza las provisiones de agua en algunas ciudades, mientras que en el campo el líquido es escaso para el ganado y la producción de alimentos.
La falta de lluvias también afectó al lago Titicaca, el más alto del mundo a 3.800 metros de altitud, que hace un par de semanas superó su nivel mínimo histórico.
La sequía aceleró el derretimiento de los glaciares, una de las principales fuentes de agua dulce en el país, por lo que algunos expertos alertaron que la crisis hídrica podría repercutir en una alimentaria en los próximos meses.