Fernando Pedrajas, el sobrino del sacerdote Alfonso ‘Pica’ Pedrajas que destapó el diario de su tío pederasta, afirmó que el silencio de la Iglesia Católica es lamentable porque, según su versión, conocía desde hace décadas los abusos cometidos por el religioso ahora fallecido y que los ocultó con mentiras.
El encubrimiento “es lo más alarmante de todo. No sé ni cómo llamarlo de lo repugnante que es. No se pueden escudar en el secreto de confesión. Marco Recolons (único encubridor que habló con El País) tiene que ser juzgado. Y si se demuestra que tenía conocimiento (de los abusos), tiene que asumir las consecuencias. El silencio de la Iglesia es lamentable. Conocía desde hace décadas los abusos cometidos por Pica y de otros jesuitas. Lo ocultó con mentiras y continúa mintiendo sobre el caso”, dijo el joven en una entrevista con el periódico El País de España.
Fernando Pedrajas es el sobrino que descubrió el contenido del diario de su tío y quien hizo llegar el documento al periódico español, medio de comunicación que finalmente, el pasado fin de semana, publicó la información generando un escándalo en Bolivia porque el sacerdote fallecido había reconocido en sus escritos haber abusado de al menos unos 85 menores de edad.
Asimismo, según la publicación de El País, el sacerdote pederasta, incluso, había relatado en su diario cómo al menos siete superiores Provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles encubrieron sus delitos y las denuncias de algunas de sus víctimas.
Ante esa revelación, el procurador general del Estado de Bolivia, Wilfredo Chávez, presentó el miércoles ante la Fiscalía de La Paz una denuncia penal “en contra de quienes resulten con una participación de encubrimiento” dentro de este caso de pederastia.
El mismo día, la Compañía de Jesús en Bolivia también oficializó una denuncia ante la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), aunque sólo de manera «genérica».
Además, la Compañía de Jesús suspendió de sus actividades pastorales a los jesuitas que fueron Provinciales en la época de los abusos sexuales cometidos por ‘Pica’ y a otros jesuitas que ejercieron el mismo cargo en los años posteriores al fallecimiento del sacerdote pederasta.