Amparado en el Decreto Supremo 2750, promulgado el 1 de mayo de 2016, este día se establece “suspensión de actividades públicas y privadas» en todo el país. Además de que “esta determinación es de cumplimiento obligatorio» conforme establece el párrafo 1 del artículo 48 de la Constitución Política del Estado.
En la actualidad, muchos países –entre ellos Bolivia– celebran el 1 mayo como el origen de las conquistas laborales del movimiento obrero y es una fecha propicia para reflexionar sobre los desafíos que quedan pendientes.
Cada 1 de mayo se recuerda una manifestación obrera en Estados Unidos que marcó un antes y un después para los trabajadores de todo el mundo. El reclamo era claro: recudir la jornada laboral a 8 horas, cuando lo «normal» era trabajar entre 12 y 16 horas.
La magnitud del movimiento, que fue calificado como “indignante, irrespetuoso y poco patriotas”, causó preocupación al gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista.
En 1886, ante la presión de los obreros, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, estableció la jornada de 8 horas de trabajo diario por ley.