Las pugnas internas del masismo se trasladan al escenario de una de sus organizaciones más fuertes: la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia, organización que durante el fin de semana instaló su ampliado nacional para designar a una nueva directiva y en el que no faltaron las peleas y los sillazos.
El escándalo se dio la madrugada de este lunes, cuando ambos bandos que se identifican con estas facciones del masismo expresaron su discordia en el coliseo de Lajastambo, en la ciudad de Sucre, donde se ratificó a Esteban Alavi como máximo ejecutivo de la Confederación.
“La familia iIntercultural debate, discrepa, hasta pelea, pero jamás se divide carajo”, publicó Alavi en su cuenta de Facebook.
Según el reporte, el conflicto surgió luego de que los ejecutivos departamentales aprobaron convertir el Ampliado Ordinario a Congreso Ordinario Nacional para la elección de una nueva dirigencia.
La elección toma importancia política puesto que las organizaciones sociales se alistan para el Congreso del MAS, donde se debe elegir a la directiva partidaria, en medio del conflicto entre evistas y arcistas.
Según el bando “evista”, este cambio fue promovido irregularmente por afines al presidente Luis Arce, quien además participó en la inauguración del evento, el pasado sábado, y pidió que haya unidad y sintonía en el debate de esta organización que es uno de los pilares del denominado Pacto de Unidad.
El presidente de la Dirección Municipal del MAS en Sucre, Hernán Ayllón, confirmó los enfrentamientos y acusó a los llamados renovadores de provocar la división en el partido político.
“Primero se ha convocado a un ampliado de interculturales y después lo han convertido en congreso ordinario, pero así, amañado, ha terminado en sillazos. Las sillas han volado una barbaridad”, indicó Ayllón.
Mientras que el dirigente de interculturales de Chuquisaca, Juan Ayllón, señaló que después de la pelea se llegó a un entendimiento, según el reporte de la red Erbol.
“Se han agarrado a sillazos, pero todo pasó”, dijo Ayllón, a tiempo de estimar que de 700 sillas que alquilaron, unas 400 quedaron sin daños.