El Ministerio de Defensa taiwanés detectó en las últimas horas 34 aviones y siete buques de guerra chinos en las inmediaciones de la isla, una cifra que aumenta en número las incursiones de la jornada anterior, informaron este viernes (22.09.2023) autoridades militares.
Como en los días previos, las Fuerzas Armadas de Taiwán «han monitoreado la situación y ordenado a aviones, buques y sistemas de misiles terrestres que respondan a estas actividades”, según un comunicado de la cartera castrense.
El pasado lunes, Taipéi notificó una cifra récord de incursiones del Ejército chino, con 103 aeronaves y nueve navíos.
El departamento de Defensa agregó que 24 de los aviones detectados hasta primera hora del miércoles cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán y se adentraron en la Zona de Identificación Aérea (ADIZ) taiwanesa por el norte y el suroeste.
La línea media es una demarcación no oficial aceptada tácitamente por Taipéi y Pekín en las últimas décadas pero que los cazas chinos acostumbran ya a rebasar desde hace un año en sus incursiones, que se han convertido en rutinarias en los últimos meses.
Aumento de la tensión
Las incursiones acaecidas desde el lunes se suman a las realizadas la semana pasada, cuando la cartera castrense reportó en diferentes días alrededor de 200 aviones y 50 barcos de guerra procedentes del otro lado del Estrecho, lo que supuso un aumento de la tensión que coincide con el reciente paso del portaaviones chino Shandong por las aguas al este del territorio.
Tras la jornada récord del lunes, el Ministerio denunció el «acoso militar» de China, advirtió de que las fuerzas armadas de Taiwán se mantienen «alerta y preparadas para hacer frente a cualquier contingencia» e instó a Pekín a «asumir su responsabilidad» y «detener de inmediato este tipo de acciones unilaterales y destructivas».
Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya «reunificación» no ha descartado el uso de la fuerza.