El primer ministro portugués, António Costa, ha presentado este martes su dimisión, después de que la Fiscalía le haya incluido en una investigación por presuntos delitos de prevaricación y corrupción vinculados al sector del litio y el hidrógeno verde en el seno del Gobierno, si bien no ha sido acusado por el momento.
«Tengo entendido que la dignidad no es compatible con ninguna sospecha (…) La dignidad de las funciones del primer ministro no es compatible con ninguna sospecha sobre su integridad (…) por eso, obviamente, he presentado mi dimisión», ha anunciado Costa tras reunirse con el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa.
Desde el Palacio de Sao Bento, sede de la Asamblea portuguesa, Costa ha comenzado su intervención ante los medios mostrando la «sorpresa» que ha sentido cuando la Fiscalía le ha incluido en dicha investigación. «Cierro una etapa con la conciencia limpia», ha dicho, al tiempo que ha anunciado que colaborará con la Justicia «en todo lo que entienda necesario».
Costa ha incidido en varias ocasiones que el cargo de primer ministro es incompatible con cualquier tipo de sospecha acerca de su honorabilidad, al tiempo que ha subrayado que se marcha sin cargo de conciencia alguno por la comisión de cualquier acto «ilícito» o «censurable».
Ante las preguntas de los medios en relación a su futuro político, Costa ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones.
A primera hora de este martes, la Fiscalía ha hecho varios registros, incluyendo las sedes de los ministerios de Medio Ambiente e Infraestructuras, así como en varias oficinas del Palacio del Sao Bento, en Lisboa, por sospechas de corrupción en la concesión de una serie de contratos públicos relacionados con la explotación de yacimientos de litio y un proyecto para producir energía con hidrógeno.
La Policía también ha registrado la residencia oficial del primer ministro, para examinar en concreto el despacho de su jefe de gabinete, Vítor Escária, quien ha sido detenido, al igual que el alcalde de Sines, el socialista Nuno Mascarenhas, y del empresario Diogo Lacerda Machado, amigo íntimo de Costa.
Las búsquedas de varias horas en las sedes de Medio Ambiente e Infraestructuras se ha saldado también con la acusación de quienes son sus responsables, Duarte Cordeiro y Joao Galamba, respectivamente.