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Putin afirma que es un ‘deber sagrado’ expulsar a las tropas ucranianas de Kursk

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido este jueves de que las fuerzas rusas seguirán trabajando para expulsar a las ucranianas de la región de Kursk, «un deber sagrado» que Moscú complementaría con nuevos avances en la zona del Donbás, donde las tropas de Ucrania estarían cediendo terreno en favor de las invasoras.

«El deber sagrado de nuestras Fuerzas Armadas es hacer todo para expulsar al enemigo», ha subrayado Putin, que ha aprovechado su participación en el Foro Económico Oriental de Vladivostok para presumir de los supuestos avances en Ucrania, donde los militares rusos «luchan heroicamente».

Sin embargo, la guerra se extendió hace un mes por primera vez a territorio de Rusia, con una incursión sin precedentes de tropas ucranianas en la región de Kursk. Pese a que desde Kiev hablan ya de más de cien localidades tomadas, Putin ha dado la situación por estabilizada e incluso ha apuntado que quien recupera terreno son ahora las fuerzas rusas.

El presidente ruso ha expresado su preocupación por la situación de la central nuclear de Kursk y también por la de Zaporiyia, acusando a Ucrania de perpetrar «atentados terroristas muy peligrosos» que ponen en riesgo la seguridad de ambas instalaciones.

Sobre la posibilidad de un diálogo con el Gobierno ucraniano, Putin ha alegado ahora que «nunca se ha negado». Sin embargo, ha señalado que no aceptará «demandas efímeras» y ha puesto como condición que las negociaciones se hagan «sobre la base de los acuerdos alcanzados y registrados en Estambul», en alusión al breve proceso de diálogo que se intentó en los primeros compases del conflicto.

En este sentido, ha vuelto a culpar a Kiev de la ruptura del diálogo, ya que, según Putin, en ese primer intento se cerraron «todos los parámetros de un posible acuerdo de paz», pero el entonces jefe de Gobierno de Reino Unido, Boris Johnson, quien «ordenó» al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que «combatiese hasta el último ucraniano».

«Si hubiesen aplicado lo que acordamos en lugar de obedecer a sus amos de otros países, la guerra se hubiese terminado hace mucho», ha dicho Putin, según las agencias de noticias oficiales.

Pese a esta supuesta oferta, Zelenski ya ha dejado claro que no negociará en ningún caso la cesión a Rusia de los territorios ucranianos ocupados y que ya Moscú considera propios, al igual que tampoco quiere renunciar a alianzas con la UE y, pese a los recelos rusos, con la OTAN.

CONTACTOS INTERNACIONALES
Putin ha dicho estar «constantemente en contacto» con los líderes internacionales que él considera interesados en resolver el conflicto, en particular los de Brasil, China e India. Cree que son quienes «se esfuerzan sinceramente por ayudar a resolver todos los detalles de este proceso difícil».

En cambio, «desde hace mucho» no habla con ningún líder europeo o de Estados Unidos, si bien ha alegado también en este ámbito que no es porque no quiera Moscú.

Sobre las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, ha dicho que «respetará» cualquier resultado, pero ha dado a entender que se inclina por la candidata demócrata, Kamala Harris, ya que su rival republicano, Donald Trump, «impuso más sanciones a Rusia que ningún otro presidente».

«Si a Harris le va bien, quizás se abstenga de acciones similares», ha dicho Putin, que ha señalado específicamente que su «favorito» era el actual presidente, Joe Biden, y que por tanto «apoya» a su vicepresidenta y sustituta en la campaña electoral. Además, cree que la risa «expresiva» y «contagiosa» de Harris es señal de que «todo le va bien».

Por otra parte, ha cargado contra las autoridades de Francia por la detención y procesamiento del fundador de Telegram Pavel Durov, medidas «poco entendibles» a su juicio porque tienen «carácter selectivo». «Si lo hacen con Durov», ha agregado, «deberían detener (…) también a otros».

El mandatario ruso ha negado además que mantuviese contactos regulares con Durov y ha alegado que se vieron una vez en el Kremlin «hace mucho tiempo», como podría haber hecho con cualquier otro empresario.

DEPENDENCIA ENERGÉTICA
Putin ha pronosticado una subida del PIB para este año superior a la del 2023 y ha asegurado que la tasa de desempleo ronda el 2 por ciento, en un intento por reivindicar la pujanza económica rusa en un mundo que, según el presidente, sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles de Rusia.

Anticipa incluso que «la economía global no podría soportar» un potencial bloqueo el gas y el petróleo rusos, ya que implicaría una subida drástica de los precios. De hecho, ha aseverado que no está en contra de que el gas ruso siga fluyendo hacia Europa a través de Ucrania.

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