El papa Francisco quiso visitar el santuario mariano de Fátima, en el centro de Portugal, desde el primer momento que se organizó este viaje para participar en los actos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, y hoy le esperaban cerca de 200.000 fieles, a los que habló de la figura de María, pero no mencionó las guerras en el mundo.
El pontífice llegó en el papamóvil a la explanada del santuario. Después de rezar el rosario sentado frente a la imagen de Fátima junto a seis reclusos de variás cárceles portuguesas y 102 jóvenes enfermos, sentados en las primeras filas de capilla donde la tradición católica indica se apareció la Virgen María a tres niños en 1917, el papa pronunció un discurso improvisado en el que pidió preguntar a la Virgen: ¿Madre, que me estás señalando a mi, qué es lo que te preocupa?.
Las apariciones de Fátima están muy vinculadas a los pontificados y a los conflictos, ya que según reveló Sor Lucia muchos años después, la Virgen les anunció el final de la I Guerra Mundial, el inicio de la II Guerra Mundial y pidió la «conversión» de Rusia.
Aunque en el cuarto misterio del rosario se pidió por la paz, se esperaban algunas palabras del papa sobre las guerras en el mundo en este santuario mariano donde ya había estado en mayo de 2017, pero Francisco decidió improvisar un discurso para hablar de la figura de la Virgen que «siempre está» al lado de las personas.
«Es nuestra señora apurada, que corre para estar cerca de nosotros y se apura porque es madre y pide que se siga a Jesús», agregó.
Francisco, de 86 años, llegó a Portugal el miércoles (02.08.2023) para encontrarse con jóvenes católicos de todo el mundo, reunidos en Lisboa para una semana de encuentros festivos, culturales y espirituales en la Jornada Mundial de la Juventud.