La cifra de muertos, que asciende ya a 10.022, fue anunciada en una conferencia de prensa en Gaza por el portavoz del Ministerio de Sanidad, Ashraf al-Qidreh, en el 31 día de guerra.

El gobierno de Hamás anunció también que al menos 292 palestinos habían muerto el domingo por la noche en intensos bombardeos del ejército israelí, al que acusó de haber «perpetrado 19 masacres en las últimas horas». Según él, la mayoría de los muertos desde el comienzo de la guerra han sido civiles, entre ellos más de 4.000 niños.

Según la ONU, de media, un niño muere y dos resultan heridos cada diez minutos. 

GAZA CORTADA EN DOS

El Ejército israelí llevó a cabo «ataques significativos» durante la noche. Según los militares, estos ataques continuarán durante los próximos días en Gaza, territorio ahora dividido en dos entre «Gaza meridional y Gaza septentrional», asegura el general Daniel Hagari, portavoz militar. 

Además, el Ejército israelí confirmó en la red social X que ha reabierto una ruta de evacuación para que los civiles puedan trasladarse hacia el sur. «Las Fuertas de Defensa israelíes han pedido repetidamente a los residentes de la ciudad de Gaza que evacúen la zona y siguen instándoles a hacerlo. No estamos en guerra con la población de Gaza», se puede leer en el mensaje. 

LLAMADOS DE CESE

Mientras el balance de muertos y heridos provocados por la operación sigue aumentando, se multiplican las voces para que se pare la violencia. 

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sugirió el lunes que Israel ponga en marcha una «pausa humanitaria» en los combates de Gaza para facilitar el acceso de la Cruz Roja a los rehenes en poder de Hamás. «Creo que una pausa humanitaria equilibrada con el acceso a los rehenes por parte del Comité Internacional de la Cruz Roja como primer paso hacia su liberación es una iniciativa en la que podríamos trabajar», declaró Borrell.

Estados Unidos, la UE y otros países han pedido «pausas humanitarias» en la guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamás para permitir la llegada de ayuda internacional a este pequeño territorio asediado y privado de todo. Pero el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, se opone a cualquier pausa en la guerra hasta que los más de 240 rehenes secuestrados y retenidos por Hamás desde el 7 de octubre hayan sido liberados.