El Gobierno afina el Presupuesto General del Estado (PGE) 2024 que debe ser tratado en las próximas semanas por la Asamblea Legislativa, pero analistas anticipan que el crecimiento económico estará por debajo del 3% por el contexto externo, el fenómeno El Niño y las tensiones políticas internas y se prevén restricciones en el financiamiento externo.
El viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Zenón Mamani, en declaraciones anteriores informó que el Ejecutivo tiene hasta el 30 de este mes para presentar el proyecto de PGE 2024 a la Asamblea Legislativa y adelantó que se apunta un crecimiento superior al 3,5%.
El analista económico German Molina, anticipa que el Gobierno va mantener la expansión del gasto público y se va situar encima de 80% del presupuesto agregado, aunque los ingresos seguirán declinando como en los últimos años.
También se prevé restricciones de crédito externo porque el riesgo país es alto y tampoco hay condiciones favorables para la emisión de bonos soberanos y el financiamiento interno es elevado y si esto sigue así puede generar presiones inflacionarias, alertó.
Sobre el crecimiento económico, Molina considera que la tasa se va situar en 1,8% como proyecta el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se esperaría una tasa de inflación de 3,5% a 3,7% y un déficit fiscal de 7% a 8%. “No se va poder bajar el déficit porque al ingresar a un período electoral, el Gobierno va gastar todo lo que pueda para mantener militancia y nuevos adeptos”, precisó.
Explicó que el contexto externo marcado por la guerra en Ucrania e Israel, las tensiones políticas al interior del MAS y el fenómeno El Niño, impactarán negativamente en el crecimiento de la economía. Además se enfrentan restricciones con la falta de dólares, hay pérdida de confianza en la gestión y se prevé un bajón en el comercio exterior y un alza del precio de petróleo que lejos de ayudar, aumenta el costo de las importaciones de combustibles y la subvención, agregó.
La directora del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad), Beatriz Muriel, señaló que el déficit fiscal, principalmente del nivel central persistirá, mientras que el gasto público de los gobiernos subnacionales será más restringido por menores recursos provenientes del gas natural.
Añadió que el crecimiento económico ya no es impulsado por el gas natural y un alza del precio del petróleo deja de ser una buena noticia porque se importa más de lo que se vende y el Gobierno subsidia los precios de los combustibles, por lo tanto se elevará el déficit fiscal.
“Bajo este escenario, el crecimiento será bajo, con una alta probabilidad de que sea menor al 3%. En relación a la inflación, el alza de precios está siendo presionado por las importaciones, porque los importadores necesitan dólares y su precio es más alto. De esa manera se transfiere el costo final al consumidor, pero esto puede favorecer a la producción nacional”, apuntó Muriel.
Por otra parte, se estima que el tipo de cambio se mantendrá igual porque ante un escenario de escasez de dólares, se avanza a una bolivianización de facto, donde las personas asumen los costos asociados. “Por un lado, al tener que vender obligatoriamente dólares de los depósitos a un precio de 6.86 bolivianos, considerando de que antes podían cambiarlo en 6.94 bolivianos, implica una pérdida de 80 bolivianos por cada 1000 bolivianos”, subrayó.
Leve crecimiento
Para el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, el PGE 2024 sufrirá un leve incremento, debido a limitadas fuentes de financiamiento vigentes y a corto plazo.
“El Gobierno pronosticará un crecimiento económico de 4% a 5%, pero la tasa se situará más cerca a la proyección del Banco Mundial y del FMI que no supera el 3%, mientras que la inflación que se estimará en el PGE será de 3% a 4%”, puntualizó.
Alertó que la inflación puede ser más alta, si se dan cambios importantes en las monedas de los países vecinos, si aumenta el volumen de contrabando, las subvenciones o varía el tipo de cambio.
“Desde el 2014 tenemos un déficit fiscal sostenido, el año pasado fue de 7,2%, gracias a la reducida ejecución de la inversión pública, este año se pronostica, por el BCB y Ministerio de Economía, una cifra del 7,49%; para el 2024 seguramente el gobierno proyectara un dato entre el 7 y 8%. Más bajo seria ser muy optimista o soñador, salvo que sacrifiquemos nuevamente inversión pública”, puntualizó.
Varias dificultades
El economista advirtió que la economía está bajo mucha presión interna y externa, donde los problemas de gobernabilidad no colaboran en nada; los conflictos bélicos a mediano plazo y la volatilidad de los mercados de materias primas y energías harán que las importaciones suban su costo, sobre todo de carburantes.
El PGE consolidado 2023 fue de 243.950 millones de bolivianos, el mismo sufrió un incremento de alrededor del 2% con el proyecto de Presupuesto reformulado.
Se proyectó un crecimiento PIB de 4,86%, una inflación de 3,57% y un déficit del sector público no financiero de 7,49% del PIB.
2023 gestión
El presupuesto fue de 243.950 millones de bolivianos, el mismo sufrió un incremento de alrededor del 2% con un proyecto de reformulado.
Inversión pública debe priorizar sequía y empleos
Analistas consideran que la inversión pública en 2024 debe priorizar proyectos que generen empleo y de agua ante la sequía.
“Aconsejo priorizar los proyectos intensivos en empleo, para mitigar las afectaciones a las familias, y apoyarse con inversión privada para otros proyectos (joint ventures por ejemplo)”, señaló la directora del Inesad, Beatriz Muriel.
El economista Fernando Romero recordó que este año se presupuestó para inversión pública 4.006 millones de dólares, un 20% menos que la gestión pasada y se estima que el 2024 el monto destinado no sea extraordinario, esto, por la caída de ingresos fiscales y de financiamiento externo.
“Al año se debe destinar los recursos en proyectos de alto impacto en ingresos y empleo y que generen un movimiento económico a largo plazo, como ser carreteras, puentes u otros en el sector productivo o industrial. Debe ser efectiva, ya que no sirve de nada planificar la inversión si es que no se ejecuta, el año 2022 solo llegamos a un 53%”, remarcó.
Explicó que los cambios climáticos y desastres naturales, ameritan una reorientación de la inversión pública que garantice o aminore la falta de insumos o elementos que son importantes para la producción nacional, entre ellos sin duda, el agua para riego.
El economista German Molina, sostuvo que el Gobierno apuesta a la inversión para la sustitución de importaciones, una política que en los años 70 no ha funcionado, sin embargo es importante que con el problema de sequía se priorice la perforación de pozos, bombardeo de nubes.