El Ministerio de Hidrocarburos y Energía estima que las importaciones de combustibles y la subvención a los mismos disminuirán en un 35 por ciento una vez que las tres plantas de biodiésel estén en marcha. La cifra es menor al 43 por ciento anunciado en un inicio por el Gobierno, resaltó un investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).
El proyecto energético “implica la construcción y puesta en marcha de dos plantas de biodiésel y una planta de aceite vegetal hidrotratado (HVO), de las cuales se estima una producción de 12 mil barriles por día. Estimamos que la sustitución en las importaciones superará el 35 por ciento, por lo tanto, la subvención disminuirá en igual proporción”, así respondió el Ministerio de Hidrocarburos, de forma escrita, a un cuestionario que envió Los Tiempos.
En cuanto a montos, se estima una reducción de 400 millones de dólares, resaltó esta cartera de Estado.
Sin embargo, el investigador del Cedla Carlos Arze señaló que, para 2025, la importación disminuiría sólo en 10 por ciento, mientras que el subsidió bajaría en 4 por ciento.
Asimismo, resaltó que la producción de biocombustibles no es una solución definitiva a la costosa importación de gasolina y diésel y a la subvención, ya que, conforme pase el tiempo, la demanda aumentará y el efecto de ahorro de los biocombustibles continuará reduciéndose.
“Para 2026, el ahorro en importación sería de 35 por ciento y se ahorraría en 15 por ciento la subvención. No se alcanzaría la meta de 43 por ciento”, señaló Arze.
Asimismo, indicó que para 2035, con el aumento de la demanda de combustibles, el ahorro en importación con los biocombustibles bajaría a un 26 por ciento y en subvención a un 12 por ciento. “Entonces no es un ahorro a largo plazo”, dijo.
En una nota de prensa, el Cedla señaló que “el Gobierno eligió la opción más costosa y con altos impactos ambientales y sociales”.
Al respecto, el Ministerio de Hidrocarburos y Energía respondió que el proyecto de los biocombustibles es una “política estatal que empezó como primera fase adicionando etanol anhidro a las gasolinas, actualmente con la producción de biodiésel y HVO se sustituirá la importación de combustibles fósiles, lo que permitirá beneficios económicos como ser la disminución de los costos de importación y ahorro en la subvención. Además, los biocombustibles son amigables con el medioambiente”.
El investigador de la Fundación Jubileo Raúl Velásque, coincidió con Arze al señalar que los biocombustibles son una solución “parche”. Y resaltó que la producción de 12 mil barriles al día no cubrirá la demanda.
“Se debe pensar en una política integral y de transición energética. Abordar temas como el transporte público masivo eléctrico”, apuntó.
El analista en energía Jaime Balanza indicó que el proyecto de los biocombustibles es “una pequeña parte de la solución y no cubrirá todo lo que se requiere. Hay que tener en cuenta las magnitudes. Es como querer llenar el lago Titicaca con tasas de agua”.
El Gobierno anticipó que se requerirá alrededor de 650 mil toneladas de aceite crudo para las plantas que proyecta construir.
Arze indicó que el cultivo de plantas como la palma africana o la jatropha implicaría una expansión de la frontera agrícola, generando mayor costo ambiental y social. Añadió que, si bien se puede utilizar la soya, habría que tener en cuenta el precio.