La calificación de triple ‘C’ que otorgó Fitch Ratings le dificultará a Bolivia el poder acceder a créditos privados en el exterior y atraer inversión, ya que con esa categoría un “default” o impago del servicio de la deuda externa “es una posibilidad real”, según la misma agencia calificadora estadounidense; sin embargo, el Gobierno considera que esa apreciación no es correcta.
Analistas económicos creen que esta calificación dificultará la intención del Gobierno de colocar hasta 2 mil millones de dólares en bonos soberanos en el mercado de valores, como se prevé en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2024, ya que hay un mayor nivel de desconfianza en que se honren las deudas y una tasa de interés más elevada por el riesgo que implica adquirir los mismos.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, reiteró ayer que Bolivia “cumple puntualmente con el servicio de la deuda” y rechazó la calificación de Fitch, ya que en su opinión no consideró todos los elementos de la economía boliviana.
Según una explicación del presidente y ejecutivo en jefe del Grupo Fitch, Paul Taylor, las calificaciones de crédito determinan qué tan probable es que los inversionistas reciban su dinero completo y a tiempo.
“Las calificaciones que damos son una opinión informada sobre lo que creemos que pasará en el futuro”, afirma el funcionario en un video en la página web de la compañía.
Para el economista Gonzalo Chávez, la rebaja en la calificación se da por la caída de las reservas, el lento crecimiento económico, la dificultad para financiar el subsidio de combustibles y el déficit fiscal.
“Cuando queramos vender bonos por 2 mil millones, los privados mirarán estas calificaciones y demandarán tasas de hasta un 20 por ciento”, estimó.
Su colega José Espinoza indicó que la dificultad para que el país acceda a más deuda en los mercados de capitales privados generará una mayor presión en las reservas internacionales y la necesidad de encontrar otras fuentes de financiamiento.