La Conmebol celebró ayer en Florida (EEUU) un partido de leyendas en el que participaron, entre risas y abrazos, figuras como Ronaldinho, Carlos Valderrama o Iván Zamorano.
José Pekerman, que ganó tres mundiales sub-20 dirigiendo la selección argentina, manejó el equipo que se alzó campeón por 2-1, el Tango, que incluyó a estratosféricos como Sergio «Kun» Agüero, Gonzalo Higuaín o el mencionado Valderrama.
Francisco «Pacho» Maturana, que conquistó la Copa América de 2001 con Colombia, estuvo al frente del equipo Samba con Ronaldinho, Lucio, Dida, Zamorano y Jorge Campos, entre otras leyendas.
Este partido de exhibición tuvo lugar dos días antes de que se celebre en Miami el sorteo para la Copa América de 2024.
El partido comenzó con las gradas del DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale, el estadio en el que juega el Inter Miami de Leo Messi, a un tercio de capacidad y después de que los árbitros se hicieran «selfis» con los jugadores.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, también se calzó las botas y tuvo en los primeros minutos del partido una oportunidad de gol con un tiro que se paseó muy flojo frente a la portería.
Carlos Daniel Tapia, el histórico mediocampista argentino del River Plate y el Boca Juniors y campeón mundial de 1986, jugó unos pocos minutos antes de ser sustituido por el astro del atletismo Usain Bolt, quien participó como invitado en el equipo de Pekerman con el número 9.58 en homenaje a su histórico récord mundial de 100 metros.
El jamaicano, ocho veces oro olímpico, tocó la bola varias veces sin desmerecer.
Al ser sustituido Tapia, un periodista sobre el terreno le preguntó si estaba lesionado, a lo que «Carlitos» contestó bromeando: «Desde nacimiento».
Valderrama, a sus 62 años, tiró a puerta sin daño una falta al borde del área tras el simpático amago de cuatro compañeros. «El Pibe» Valderrama jugó largos minutos aguantando el tipo.
En el minuto 40, el árbitro pitó un penalti sobre Ronaldinho que el brasileño envió a la red.
Higuaín presionó por todas partes, con tiros lejanos y carreras largas de medio campo, hasta que a principios del segundo tiempo le hicieron un penalti.
El exjugador del Real Madrid y de la Albiceleste marcó para empatar el encuentro y después sumó otro tanto en el 52, también de pena máxima.
Por su parte, Ronaldinho y su famosa sonrisa contagiaron al resto de jugadores de un partido amistoso al que todos acudieron para divertirse.
El mito del Barcelona y de Brasil inspiró a sus compañeros y el olímpico defensa mexicano Carlos Salcido hizo un pase de fantasía mirando para otro lado que ya quisieran ser capaces de hacer muchos futbolistas en activo.
También destacó Zamorano, ya que el icono chileno y artillero del Madrid en los 90 aguantó el empuje gran parte del partido y a punto estuvo de hacer saltar del asiento al público un par de veces.
El mítico guardameta mexicano Jorge Campos, recordado por sus excentricidades saliendo del área, entró pocos minutos antes de que al 78 se acabara el partido sin mayores explicaciones.