Un trágico suceso ocurrió el pasado sábado en el barrio Don Orione de Claypole, en el sur del conurbano bonaerense. Un joven policía de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo Alejandro Morales, de 23 años, se quitó la vida en su casa tras la final de la Libertadores que Boca perdió ante Fluminense. Su madre, Verónica, responsabilizó al club de fútbol en una entrevista televisiva, expresando: «Boca es una basura porque mataron a mi hijo. Por ellos se mató mi hijo, por Boca”.

La madre relató que Marcelo estaba viendo el partido con su primo y su padre, recordando: «Yo le decía que tenga fe, que íbamos a ganar». Lamentablemente, al terminar el encuentro, Marcelo se retiró a su habitación en el primer piso de la casa, donde trágicamente se quitó la vida con su arma reglamentaria.

Verónica, en una entrevista con Crónica, reiteró su angustia y afirmó: «Ahora ya no lo tengo, y ningún jugador ni nadie que a mí me de el pésame». También, al hablar sobre la relación de su hijo con el fútbol y su salud mental, agregó: «Era re fanático de Boca. Si perdía estaba mal, deprimido, se ponía triste, se daba piñas. Decía que no podía perder, que era lo más grande Boca».

El primo de Marcelo compartió sus recuerdos: «Cuando me fui de la casa, al rato me llamó la hermana diciéndome que se había pegado tiro. Todas las veces que mirábamos Boca con él, estaba loco, era muy fanático. Puteábamos los fos juntos, pero no amenazó con hacer nada, ni dio indicios».

Sin embargo, Verónica reveló una conversación preocupante que tuvo con el padre de Marcelo semanas antes del trágico incidente: «Hace tres semanas, le dijo al padre que no me cuente nada a mi, pero le dijo: ‘Si el 4 de noviembre no gana Boca, yo me mato’. El papá pensó que estaba haciendo una joda, no lo tomó en serio».