El malestar en el club Blooming continúa por la forma en que se dio la derrota ante Wilstermann, en Cochabamba, que logró la victoria gracias a un penal dudoso cobrado por el árbitro Guildo Quenta. Más allá del revés, la dirigencia tomó cartas en el asunto con una impugnación por la actuación del uruguayo Rodrigo Amaral.

Los celestes ahora acudirán a los tribunales para obtener tres puntos, que pueden ser determinantes en su lucha por mantener la categoría. Este lunes, desde el club hicieron oficial el reclamo, argumentando que Amaral no podía jugar debido a una sanción que arrastra y que no cumplió en su momento.

A los 58 minutos del compromiso, el charrúa Amaral ingresó por el argentino Ariel Nahuelpán y disputó poco más de 30 minutos en el duelo ante la academia cruceña.

Ante esa acción, Blooming se basa en los artículos 48 y 49 del código disciplinario de la FBF para hacer la impugnación, detallando que el Rojo hizo jugar a un “jugador castigado”.

Amaral, con pasado en The Strongest, fue sancionado por el Tribunal de Justicia Deportiva con una suspensión de tres meses en la División Profesional por agredir al cuarto árbitro del clásico paceño que disputaron el Tigre y Bolívar, en marzo de 2022.

El uruguayo rescindió con el Tigre y su castigo demoró más de seis meses en salir. En septiembre de 2022 se hizo oficial la sanción hacia el volante ofensivo, que regresó a Bolivia para continuar su carrera en Wilstermann, anunciando a su llegada que tenía “todo en orden” para jugar.

La academia reclama los tres puntos y ahora deberá esperar que la dirigencia aviadora presente su defensa en el caso. Mientras tanto, los tres puntos continúan en la tabla de posiciones a favor de Wilster.