Un niño pequeño se pone contento mirando unas fotos llenas de colores, pero luego se echa a llorar y enseguida toma un celular con la mano. Es una idea cómoda, pero inadecuada. Los smartphones no son niñeras y si es posible, los niños pequeños no deberían jugar en absoluto con un móvil o una tableta, porque puede tener un efecto muy negativo en su desarrollo.
Así lo demuestra de forma contundente un nuevo estudio realizado en Japón, en el que se examinó el crecimiento de 7097 niños durante un largo periodo. Se constató que si los de tan solo un año miraban fijamente una pantalla entre una y cuatro horas al día, a los dos años ya tenían hasta tres veces más riesgo de sufrir retrasos en el desarrollo en áreas de comunicación, motricidad, resolución de problemas y hasta habilidades personales y sociales.
Los teléfonos inteligentes no son adecuados para los niños pequeños
Las tabletas y los smartphones privan a los niños del impulso necesario para desarrollar el habla. «Los niños aprenden a hablar cuando se les anima a hacerlo, pero cuando solo miran la pantalla, a menudo no tienen la oportunidad de practicar», afirma el Dr. John Hutton, profesor de pediatría general y comunitaria del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati (Estados Unidos), que no participó en el estudio.
Demasiado tiempo frente a las pantallas puede hacer que los niños sean menos propensos a interactuar con compañeros y adultos, lo cual es importante para su desarrollo social. Esto se debe, según Hutton, a que las personas de carne y hueso son más complejas que en una pantalla. El cerebro debe ponerse en marcha para averiguar cómo interactuar con ellas.
Por otro lado, los niños pequeños, al utilizar teléfonos inteligentes, a menudo sustituyen el juego activo, la exploración y el pensamiento creativo, que son cruciales para el desarrollo cognitivo. También son más propensos a hacer menos ejercicio y no son capaces de entrenar sus habilidades motoras.
¿Qué recomiendan los expertos?
Los niños pequeños no necesitan los medios digitales para su desarrollo. Los menores de dos años no deberían utilizar en absoluto teléfonos inteligentes. Y los que tienen entre tres y seis años no deberían emplear más de 30-60 minutos diarios para ello.
Hutton también explica que los contenidos supuestamente apropiados para la edad de los niños tampoco suelen serlo. «Un problema de algunos contenidos en línea para niños es que los padres creen que son educativos, porque se comercializan como tal y contienen mucha información sobre el alfabeto, los colores, los números o los animales que sus hijos pueden ver y oír», dice el pediatra. «Pero lo que potencia el aprendizaje es el contenido que ayuda a los niños a aplicar sus conocimientos más allá de la memorización, para que puedan desenvolverse en el mundo real, donde las cosas son más imprevisibles y requieren más creatividad y capacidad de recuperación», añade.
La creatividad también nace del aburrimiento
Si a los niños que lloriquean se les entrega enseguida un móvil o una tableta, también se aparta de un paso importante en su desarrollo, como es la capacidad de lidiar con el malestar.
«Si los dejas aburrirse un segundo, se sienten un poco incómodos, pero luego dicen: ‘Bueno, quiero estar más cómodo’. Y así es como surge la creatividad», explica Hutton.