Los administradores de la estatal YPFB están conscientes de que, desde el próximo año, deberán cumplir el rol de intermediario entre el gas que se produce en Argentina y el gigantesco mercado brasileño. Para ello, se barajan como opciones alquilar los ductos en el territorio boliviano o comprar y revender la producción argentina.
Dos analistas señalaron que al momento de la negociación puede que la última palabra la tengan las empresas proveedoras y compradoras, por lo que YPFB deberá negociar las mejores condiciones para obtener ganancias, ya que con su producción de gas en declive ya no abastecerá al país del sur y perderá esos ingresos.
El jueves, el gerente de Contratos de Exportación de Gas Natural de YPFB, Oscar Claros, dijo que el país buscará los mayores réditos ya sea alquilando sus ductos para transportar el gas argentino a Brasil o comprando esta producción para revenderla.
El analista en hidrocarburos Álvaro Ríos resaltó que la estatal boliviana reconoce que, desde 2024, se perderá el mercado argentino. “Parece que ya se deja de lado la exploración y se empiezan a ver otras alternativas”, dijo.
Acotó que la opción de revender gas argentino a Brasil no está en manos de YPFB, sino de productores privados en Argentina y compradores mayormente privados en Brasil, quienes buscarán las alternativas más económicas.
“Por lo tanto, limitar a que sólo se pueda acceder al mercado brasileño, a través de YPFB, podría ser un impedimento a que se haga el negocio y más bien se opte por otra opción, como por Porto Alegre (al sur de Brasil)”, dijo Ríos.
Con el megacampo hidrocarburífero de Vaca Muerta y la culminación de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, Argentina no sólo dejará de comprar gas boliviano en 2024, sino que planea venderle su producción a Brasil.
El analista en hidrocarburos José Padilla dijo que, en este sentido, Argentina optará por precios competitivos. “La opción más viable parece ser el alquiler de los ductos bolivianos”, señaló Padilla, en alusión a que la última palabra la tendrán los gigantes sudamericanos.
“Lo más fácil es usar lo que ya tienes, que es la infraestructura boliviana. Quizás el precio del alquiler lo vayan a pagar con gas”, añadió Padilla.
La consultora internacional Wood Mackenzie estimó que, después de 2030, Bolivia deberá importar gas para el consumo interno.
CDHE niega declive de producción
El presidente de la Cámara de Hidrocarburos y Energías de Bolivia, Christian Torrico, negó que en el país exista una caída en la producción de gas natural, pese a que las evidencias señalan lo contrario.
Torrico, al ser consultado sobre las alternativas del país ante un claro declive de la producción en un 38 por ciento desde 2014, dijo que las reservas de gas probadas aún se mantienen en 10,7 TCF (dato del 2018) hasta que no se haga un nuevo estudio, y que el país debería pensar en nuevos mercados de exportación, como Paraguay.