Activistas denunciaron que Amparo Carvajal sufrió tortura, después de haber subido a la terraza de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), puesto que los grupos detractores instalaron un parlamente con volumen alto, además de gritar estribillos insultantes y amenazas de muerte en su contra.
El presidente de la Derechos Humanos de La Paz, Javier Quisbert, calificó lo sucedido de “tortura psicológica”, porque los movilizados contra Carvajal pusieron la música para afectar a la activista, además de los gritos que realizaron.
Dijo, además, que funcionarios públicos movilizados contra Carvajal actuaron con complicidad de la Policía y hasta agredieron a la prensa.
El abogado de Derechos Humanos, Franco Albarracín, acusó a grupos del MAS de instalar en horas de la noche un parlante a todo volumen al lado de Carvajal, difundiendo cantos denigrantes en su contra.
“En este caso, la tortura tiene como objetivo no solo hacer que Amparo renuncie a su pacífica medida de protesta, sino que también es una acción destinada a infligirle un castigo. El gobierno pretende castigar a Carvajal por ejercer su derecho a la protesta pacífica”, publicó Albarracín en su cuenta de Twitter.
Carvajal persiste desde el lunes en la terraza de la sede de la APDHB. En horas de la mañana de este martes dijo que había pasado muy mal la noche. También rechazó los alimentos que le habían pasado.
La intención de la activista es recuperar el control de los predios de la APDH, que habían sido tomados por otra facción que reclama la representatividad legal de la Asamblea de Derechos Humanos.