Una situación crítica se vivió la tarde del domingo en el estadio Gilberto Parada de Montero, cuando el arquero de Guabirá, Jairo Cuéllar, sufrió una convulsión tras recibir un fuerte impacto en el rostro durante el encuentro frente a Bolívar, que finalizó 2-4 a favor del conjunto paceño.
El incidente ocurrió en los minutos finales del compromiso, generando un momento de pánico tanto en el campo de juego como entre los espectadores. El balón, pateado con fuerza por John Velásquez tras un rebote, golpeó de lleno la cara del guardameta, quien inmediatamente se desplomó y comenzó a convulsionar sobre el césped.
Lo alarmante del episodio no fue solo la gravedad del golpe, sino que en ese instante ya no había una ambulancia en el estadio. Según testigos y personal del club, el vehículo de emergencia que estuvo presente al inicio del cotejo abandonó el recinto deportivo alrededor del minuto 80, aparentemente por atender otra urgencia fuera del lugar.
Ante la ausencia de asistencia especializada, el cuerpo médico de Guabirá —con la colaboración del equipo de Bolívar— intervino de forma inmediata para brindar los primeros auxilios. Aunque Cuéllar logró recuperarse momentáneamente, una vez finalizado el partido volvió a perder el conocimiento, lo que obligó a su traslado de emergencia en un vehículo particular hacia una clínica local.
Ya en el centro médico, el arquero fue estabilizado, sometido a estudios y permaneció en observación durante varias horas. Afortunadamente, fue dado de alta y se confirmó que no presenta daños neurológicos graves.
El Club Deportivo Guabirá emitió un comunicado confirmando que Cuéllar se encuentra fuera de peligro, pero continuará bajo seguimiento médico. Asimismo, la dirigencia del equipo anunció que exigirá una mayor cobertura médica para futuros encuentros, incluyendo una ambulancia extra gestionada con apoyo del municipio, con el fin de prevenir situaciones similares.