Evo Morales y los dirigentes de sus sectores afines decidieron pedir la presencia del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca para instalar un diálogo en plena marcha; sin embargo, desde el Gobierno descartaron el desplazamiento de los mandatarios.
“Que vengan, aquí están todos los marchistas, diálogo con los marchistas”, dijo, señalando que, si el Presidente desea dialogar, debe hacerlo “en este momento. Nos detenemos aquí y hablamos con él. Si realmente está dispuesto a dialogar, seamos responsables”, declaró.
Morales denunció que organizaciones afines al Gobierno, como la COB liderada por Juan Carlos Huarachi, fracasaron en su intento de convencer a sus bases de intervenir en la marcha, ya que la Federación Estatal de Mineros de Bolivia lo rechazó. Lamentó que algunos dirigentes «prebendales» apoyen al gobierno mientras que las bases están con el pueblo.
El exmandatario aseguró tener información sobre la concentración de 3.000 policías en la zona de Senkata, quienes habrían llegado desde diferentes regiones del país con la instrucción de intervenir la marcha en cualquier momento, sea durante la noche o el día siguiente.
No obstante, aseguró que la marcha no se detendrá y que continúan recibiendo apoyo de diversos sectores sociales, como los cooperativistas mineros, petroleros y las bases de la Federación de Mineros.
Gobierno rechaza pedido
El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, descartó este sábado de manera inmediata el pedido de abrir diálogo con Arce sobre la carretera Oruro-La Paz. «¿Qué seguridad tiene el Presidente de acudir a estos lugares en la denominada Marcha de la Muerte?», preguntó.
Del Castillo afirmó que el Gobierno nunca ha cerrado las puertas al diálogo y aseguró que si Morales realmente desea conversar, pueden hacerlo en Cochabamba, Tarija, Santa Cruz, o en el departamento que él elija.
Sin embargo, subrayó que «no podemos ir a un diálogo en la denominada Marcha de la Muerte», ya que eso pondría en riesgo la vida y la integridad del presidente Luis Arce. Añadió que el gobierno no está dispuesto a caer en provocaciones.
«Si el señor Evo Morales realmente quiere deshacerse de esta conflictividad, evitar muertos y enfrentamientos entre bolivianas y bolivianos, las puertas del diálogo están completamente abiertas. Que él elija el lugar donde podamos reunirnos, pero como ministro de Gobierno no puedo poner en riesgo la vida del presidente ni de ningún boliviano sugiriendo que acuda a esa denominada marcha de la muerte», declaró Del Castillo a su salida de Palacio Quemado, en La Paz.
