Frente al descontrolado avance de los incendios en Santa Cruz, las comunidades chiquitanas organizan una romería para pedir a Dios que llueva y así lograr extinguir el fuego que ya ha devastado más de tres millones de hectáreas, según informó la corresponsal Mercedes Fernández de Erbol-Santa Cruz.
Los pobladores, conscientes de que las acciones humanas han sido insuficientes para controlar la situación, ven en la lluvia su única esperanza de alivio.
El fuego afecta a 18 municipios, con temperaturas que alcanzan los 44 grados, creando condiciones propicias para la propagación de los incendios.
San Matías es uno de los municipios más golpeados, con un 70% de su territorio afectado, además de otras localidades como Ascensión de Guarayos, San Ignacio de Velasco, Concepción, San Rafael y San José, y áreas protegidas como el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI).
Johnny Rojas, del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), destacó la necesidad de declarar desastre en la región, aunque advirtió que esa medida no solucionará el problema si no se detienen las quemas que continúan agravando la situación.
Mientras el gobierno busca gestionar ayuda internacional, las poblaciones locales recurren a la fe, creyendo que solo la intervención divina puede frenar la catástrofe.
La Fundación Privada Tierra denunció que más de 4 millones de hectáreas han sido devastadas por los incendios registrados en Bolivia durante 2024. Las regiones más afectadas son Santa Cruz, con 2,6 millones de hectáreas, la Amazonía de Beni con 1,3 millones, y La Paz, con 18.990 hectáreas afectadas.