La versión de que la tarde del miércoles 26 de junio hubo un frustrado intento de golpe de Estado contra el presidente Luis Arce, con la toma militar de la plaza Murillo, fue puesto en duda por Evo Morales.

El exmandatario confirmó la llamada que recibió de Arce, cerca de las 14.40 de ese día, donde le comunicaba que el denominado “golpe” ya había empezado con el despliegue de un contingente militar comandado por el general Juan José Zúñiga.

“Va pasando el tiempo, se moviliza y ahora no sé qué clase de golpe será, pues. Empieza el golpe con ministros felices, paseando en la plaza Murillo, tocando tanquetas. Un golpe de Estado con cero de heridos, cero de disparos, cero de muertos”, cuestionó.

En ese sentido, consideró que ese caso debería de ser investigado para que se esclarezca la verdad de lo que realmente ocurrió la tarde del miércoles en plena sede de gobierno.

Ese mismo día, informó que recibió llamadas de “algunos comandantes” que le señalaron que el objetivo era detenerlo y le recomenzaron que deba existir controles en el aeropuerto de Chimoré, en Cochabamba, y otros que deba irse hasta Santa Cruz.

“El plan era Evo Morales todos saben nacional e internacionalmente”, insistió.

En la conversación telefónica, Morales dijo que le cuestionó a Arce el “poder” que se había dado al general Zúñiga, “sin respetar la antigüedad ni la institucionalidad” y recordó que era incluso el número 48 de su promoción.

Tras las polémicas declaraciones que hizo Zúñiga en su contra durante una entrevista televisiva, Morales dijo que ya debería de haber sido destituido y dado de baja hasta el martes en la mañana, pero criticó que desde el Gobierno “no hicieron nada”.