El Tribunal 1º de Sentencia Anticorrupción determinó este lunes la condena de 17 años de prisión para Nieves M.C.G. por ser autora del delito de trata de personas cometido en contra del bebé Alex, de tres meses, a quien sustrajo con engaños de los brazos de su madre de 16 años en la ciudad de La Paz en 2022.

En la audiencia de juicio oral, el Ministerio Público demostró con pruebas contundentes y sólidas que la acusada es la autora del hecho. El lugar donde deberá guardar reclusión es en el Centro de Orientación Femenina (COF) de Obrajes, ubicado en la zona sur de la sede de gobierno.

Para su ahijada se dispuso 10 años de cárcel por complicidad y para Faustino M.A.U. a dos años de cárcel por encubrimiento en el penal de San Pedro, mientras que el esposo de la autora fue absuelto.

El fiscal departamental de La Paz, William Alave, informó que durante el juicio se presentaron todas las pruebas obtenidas, como la denuncia de la madre del bebé, el informe psicológico de la progenitora, de radio base de los celulares de autora y los implicados el día del hecho, acta de reconocimiento de persona, declaraciones testificales, entre otros.

La fiscal Sheila Rodríguez recordó que la madre del menor se encontró con Nieves M.C.G. hasta El Alto para ir a un negocio donde le ofreció trabajo, después le propuso comprar algunas cosas para su bebé y bajaron juntas hasta inmediaciones de la plaza Eguino de la urbe paceña.

“Mientras la menor entró a un baño del lugar, la mujer raptó al infante y tomó un taxi para irse a la zona de Villa Fátima, después llevó al bebé a su casa. La madre hizo la denuncia ante la Policía y cuando la raptora vio las noticias, le dijo a su ahijada que deje al bebé en cualquier lugar, por ello, la joven lo dejó cerca de un colegio en la zona de Miraflores, donde un repartidor de desayuno escolar lo encontró y dio parte a las autoridades”, añadió.

De acuerdo a la investigación, la raptora junto a su ahijada se deshizo de la ropa y objetos de la víctima, vendieron sus muebles y entregaron el domicilio donde vivían junto a su esposo a quien le hizo creer que el bebé raptado era de ellos y que falleció, después habló con Faustino M.A.U., cuidador del cementerio de Villa Ingenio de El Alto, para que entierre un ataúd vacío para sustentar su versión de que su hijo había muerto.