El sindicato internacional BWI ha presentado este miércoles ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) una denuncia contra Arabia Saudí por su frecuente maltrato a trabajadores, una medida que se produce pocos meses antes de que la FIFA confirme al país como sede del Mundial de fútbol de 2034, informó la ONG Human Rights Watch (HRW).
La denuncia, presentada durante la conferencia anual de la organización con sede en Ginebra, acusa al reino saudí de diversos abusos que incluyen el impago de salarios a decenas de miles de trabajadores, restricciones a los movimientos de asalariados, intimidaciones y amenazas.
«Una queja así debe ser una señal de alarma para empresas y organizaciones como la FIFA, que planean masivos eventos y operaciones en Arabia Saudí, dada la ausencia de protección del gobierno a trabajadores migrantes de empleadores explotadores y abusivos», señaló la directora de iniciativas globales de HRW, Minky Worden.
Según la denuncia, un 85 % de los trabajadores migrantes en Arabia Suadí sondeados se quejaron de que no pueden dejar con libertad su empleo, un 65 % no tienen siquiera acceso a pasaportes y otros documentos de identidad retenidos por los empleadores, y un 46 % han visto cómo los pagos de salarios eran retrasados o congelados para forzarles a quedarse.
La denuncia es similar a la que el mismo sindicato presentó contra Catar en 2014 por similares prácticas abusivas, lo que no impidió que el país acogiera el Mundial de 2022, aunque éste se vio rodeado de polémica.
Arabia Saudí es la única candidatura admitida por la FIFA para organizar el Mundial de 2034, después de la retirada de otros países inicialmente interesados como China, Australia y otras naciones.
El Mundial 2026 se celebrará en Norteamérica (México, EEUU y Canadá) y el de 2030 en otros tres continentes, África, Europa y Sudamérica (España, Portugal, Marruecos, Argentina, Uruguay y Paraguay), por lo que la FIFA decidió que una o varias naciones de Asia fueran la única sede posible de la edición de 2034.