Al menos 91 personas murieron tras los ataques israelíes de las últimas 24 horas en la Franja de Gaza, a medida que el Ejército expande sus operaciones en Rafah, en el extremo sur del enclave, de donde ya han huido alrededor de un millón de personas.
El Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, informó este jueves de «nueve masacres contra familias» en la Franja, que elevan el total de muertos desde el comienzo de la ofensiva israelí a 35.800.
Además, 210 personas resultaron heridas, llevando el total de heridos desde que comenzó la guerra en el devastado enclave palestino a 80.200.
Se estima que todavía quedan enterrados bajo los escombros los cuerpos de unos 10.000 desaparecidos.
Las tropas israelíes avanzaron más al interior de Rafah y mataron a varios supuestos milicianos de Hamás en combates «cuerpo a cuerpo», mientras el Ejército mantiene los ataques aéreos sobre casi todo el enclave.
«Las tropas están operando basándose en información sobre objetivos terroristas en los barrios de Brasil y Shabura mientras hacen todo lo posible para evitar daños a los civiles y después de que la población civil en el área fuera evacuada», indicó un comunicado castrense.
La operación militar de Israel en Rafah, que comenzó el pasado 6 de mayo, fue muy polémica porque allí se refugiaban más de 1,4 millones de desplazados, a los que se ordenó evacuar de nuevo sin un lugar seguro al que ir.
Según Médicos Sin Fronteras (MSF), más de 800.000 gazatíes han llegado ya a las playas de Al Mawasi, donde el Ejército recomendó huir a los civiles poco antes del comienzo de la ofensiva.
Aunque las fuerzas armadas lo identificaron como «zona segura», se trata de una zona costera donde ya vivían antes miles de personas hacinadas en tiendas provisionales, sin agua ni saneamiento.