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Dan 30 años de cárcel al doble feminicida y confesó que abusó de sus víctimas tras asesinarlas

La Fiscalía Departamental de Santa Cruz, informó que en, audiencia de procedimiento abreviado, se demostró con pruebas contundentes que Cristian Franco Condori, de 23 años de edad, es autor del delito de Feminicidio cometido en contra de Carla P. D. M. de 23 años y Viviana C. G. de 20 años quien fue enterrada en el cuarto que alquilaba el sujeto, por ello, el Juzgado Primero de Instrucción Anticorrupción y de Violencia Contra la Mujer determinó la pena máxima de 30 años de presidio a cumplir en el penal de Palmasola.

Cristian Franco Condori pasará 30 años en la cárcel. Este martes se sometió a un proceso abreviado en el que un Tribunal de Sentencia de Santa Cruz dictó esta sentencia sin derecho a indulto por los feminicidios de Viviana Cabrera y Carla Patricia Durán. Al no existir la sumatoria de penas cumplirá el mismo castigo por ambos casos.

El asesino confesó las muertes tras ser arrestado por la Policía, su escalofriante relato brinda detalles de cómo asesinó a ambas mujeres a sangre fría y revela un detalle que no había sido conocido hasta ahora, que abusó sexualmente de ambas cuando ya se encontraban sin vida.

El asesino contó que, en el caso de la primera víctima, incluso se atrevió a grabar las atrocidades con su celular y que luego de cometer el vil acto planificó cómo esconder el cuerpo.

El primer crimen se cometió el 14 de abril, el feminicida había estado bebiendo con la víctima y cuando era de madrugada se sintió fastidiado porque se puso a mirar videos y no lo dejaba dormir. En un relato de terror, cuenta que luego de asesinarla, la abusó y luego la envolvió en una colcha, que luego depositaría en un hoyo que cavó en su mismo cuarto.

El asesino relata que primero pensó en enterrarla en el patio, pero que temió ser visto por los otros inquilinos. “Entraban y salían los vecinos por eso la enterré adentro de mi cuarto; incluso pensé en matar a los vecinos, para quedarme solo en la casa”.

Así, con el cuerpo de su primera víctima enterrado en el piso del cuarto que hacía de habitación y funcionaba como licorería, el sujeto vivió una semana hasta que encontró a su segunda víctima.

En el caso del segundo feminicidio, relata que cuando ella se encontraba en su cuarto quiso “sentir la sensación” de cuando cometió el primer asesinato y en un impulso la estranguló, la asesinó y luego vejó el cuerpo.

Después del segundo crimen, pensó inicialmente enterrarla también en su cuarto, pero luego sintió culpa y llamó a la Policía para confesar “o sino iba a seguir matando, sentí miedo de mí mismo por lo que me estaba volviendo, un asesino”.

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