El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, reportó este domingo que se enfila una nueva reunión con el sector empresarial con miras a explicar los alcances de una nueva política estatal: la importación directa de combustibles, a la cual también fueron convocados los proveedores internacionales.
La cita está fijada para este martes 27 de febrero y se dará a una semana del acuerdo firmado entre el Gobierno y empresarios privados, en el que se plasmaron una serie de medidas con miras a paliar la falta de disponibilidad de dólares en el mercado financiero formal.
“Se coordina un encuentro de proveedores internacionales, pero también de los interesados, dónde se aclarará una serie de aspectos vinculados, no solamente a sus actividades, sino también a explicar toda la logística de importación, llámese el mecanismo de importación por el cual se realiza el transporte y la disposición de combustible destinado a distintas actividades”, explicó el ministro.
La libre compra de combustibles es una demanda de larga data por parte del sector privado, que ha visto afectadas sus operaciones debido a las fallas en el abastecimiento de carburantes en los últimos meses, de acuerdo con sus propias denuncias.
La “agilización en la importación de diésel para empresas privadas destinado a consumo propio” se dará en lo que refiere a los trámites en términos de tiempo y procesos.
En este marco, el Gobierno nacional se compromete a generar un esquema de agilidad, en términos de plazos, procesos y tiempos para los permisos de importación de diésel por parte de empresas privadas, según el ministro.
Según Molina, en el país existen empresas y asociaciones que requieren volúmenes importantes de combustible, como de los sectores de la construcción, minera y agroindustriales.
“Son aproximadamente 1.500 consumidores que compran volúmenes importantes. Por ejemplo se ha identificado que un usuario de una empresa consume alrededor de 16 millones de litros de diésel al año”, reveló.
Molina destacó que esta medida tendrá un triple impacto, porque ayudará al sector privado a proveerse del combustible, liberar los costos de importación y tendrá un efecto en la disminución de las subvenciones.
El tratamiento de autorizaciones para quienes deseen importar su propio combustible (diésel u otros carburantes) estará bajo la responsabilidad de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), de acuerdo con la autoridad.