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Camacho: “Le pido a mi pueblo que no permita que secuestren su voluntad”

 A un año de ser privado de su libertad, el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho afirmó que asume con entereza esta situación, pese a que fue un 2023 difícil por estar lejos de su familia. Desde su aislamiento en el penal más seguro del país, respondió a un cuestionario enviado por UNITEL en donde denuncia abuso judicial y cree que no saldrá mientras el MAS esté en el poder.

– Gobernador, ¿Qué balance hace de este año de reclusión preventiva?

Ha sido un año difícil, sobre todo para la familia, mis hijos y mi esposa. Para un preso político no es solo el peso de la cárcel, sino el continuo abuso judicial que el Gobierno lleva adelante. Estando preso me han sumado varios procesos sin sustento jurídico.

Pero desde el primer día tengo claro que este secuestro es parte de una lucha política entre un gobierno que pretende someter a los bolivianos a una dictadura, como la venezolana y cubana, y un pueblo que quiere recuperar su democracia. Esa convicción hace que me sienta firme y entero para seguir la lucha.

– Usted ha dicho que el gobierno del MAS lo quiere preso en Chonchocoro, ¿Qué gana el Gobierno con esto?

Mi encarcelamiento es la estrategia del MAS para frenar la lucha cruceña y boliviana por la democracia y la libertad. Lo que no sabe el Gobierno es que esa lucha no es solo de Camacho. Es del pueblo cruceño y del pueblo boliviano. Ninguna cárcel frenará nuestra causa.

– ¿Confía en que podrá salir libre pronto o defenderse en libertad?

Mientras gobierne esta dictadura masista aquí estaré. Así lo asumo. Y lo hago con entereza.

LA GESTIÓN EN LA GOBERNACIÓN

Una de las críticas constantes desde la bancada del MAS en la Asamblea Legislativa Departamental es que Camacho no puede gobernar a más de 1.000 kilómetros de Santa Cruz. Él se defiende a través de las cifras de su gestión.

– Para muchos, no es lo mismo una gestión con usted libre, que con usted gobernando desde Choncocoro, ¿ha afectado su encarcelamiento a la gestión de la Gobernación?

A los cruceños les debo mandar un mensaje: esta no es una situación que nosotros hayamos creado, mi secuestro es parte de un intento del masismo de descabezar a nuestro Gobierno Autónomo Departamental. Los cruceños votaron en un 55% para que Luis Fernando Camacho sea su gobernador y esa voluntad se debe respetar hasta el último día. A mí han podido secuestrarme, pero le pido a mi pueblo que no permita que secuestren su voluntad y pisoteen su voto.

Por eso, la Asamblea Legislativa Departamental hizo una ley de interpretación del Estatuto Autonómico para que no quede un antecedente funesto y se pueda remover a un gobernador metiéndolo preso injustamente, desordenando y apropiándose de la gestión.

Ahora, en cuanto a la gestión en sí, hay un modo matemático para evaluarla. Y ese modo es mirar las cifras de la ejecución presupuestaria. Hemos tenido una ejecución presupuestaria del 84%, un desempeño mucho más importante que el del Gobierno nacional.

A pesar del acoso del Gobierno, hemos encontrado la forma de gestionar desde Chonchocoro y las cifras no mienten ni son opinables, tenemos una ejecución presupuestaria muy alta. Hemos cumplido con las provincias descentralizando más la gestión, hemos llevado agua y luz a más poblaciones, hemos combatido exitosamente los incendios, hemos equipado nuestro sistema de salud con un moderno resonador magnético y con el apoyo de la gente hemos resistido y hemos cuidado el acuífero que da agua a Santa Cruz.

Todo esto lo hemos logrado contando con el apoyo y la lealtad del pueblo cruceño, al cual siempre agradezco.

– ¿Han cambiado sus prioridades de gestión tras un año preso?

No, porque la gestión se lleva a partir de una planificación de las secretarías, con las subgobernaciones y los representantes de los pueblos indígenas y el Plan Operativo Anual (POA) representa esa coordinación.

Mi secuestro es un tema político que obedece a una revancha del masismo contra nuestra región por haber liderado la lucha contra el fraude.

Y desde Chonchocoro, cada día tratamos de darle continuidad a esas dos tareas, la gestión de la Gobernación y la lucha para devolverle la democracia a nuestra patria Bolivia. A la luz de los hechos, viendo el desastre que está haciendo el gobierno masista con la economía, estoy seguro de que el 2025 el pueblo volverá a triunfar.

LA POLÍTICA NACIONAL

En múltiples cartas desde Chonchocoro, Camacho ha pedido la unidad opositora y ha criticado la gestión del presidente Luis Arce Catacora. Ahora dice que no hay que preocuparse tanto por la división de los opositores ni por las diferencias internas en el MAS. Cree que el voto de la gente se encargará de identificar al candidato de oposición con opciones para vencer al masismo.

 Al parecer, el MAS irá con dos frentes en 2025, ¿esto es favorable o perjudicial para los opositores?

Lo que pase con los conflictos internos del MAS no debe preocuparnos. Ambas versiones del MAS representan lo mismo, la corrupción, el abuso, la convivencia con el narcotráfico y el camino de la dictadura.

Es un proyecto que ya fracasó, es un modelo que destruyó la economía, con la corrupción y las empresas estatales quebradas que le deben al Banco Central más de Bs 35.000 millones.

El MAS va a perder las elecciones no solo porque vaya divididos, sino porque su modelo destruyó nuestra economía y en lo político generaron 20 años de odio, violencia y división.

 Usted ha pedido la unidad opositora frente al masismo, ¿qué características cree que debe tener este candidato de unidad? ¿Cree que será posible tener un candidato único?

Primero debo decir que desde el 21F, los que creemos en la democracia estamos venciendo a la dictadura masista. Es una lucha desigual, pero estamos ganando. Sin la lucha de los 21 días, el MAS nunca se hubiera dividido. Y esa es una gran verdad, el pueblo boliviano luchó en unidad contra el fraude y sacamos a Evo Morales del poder y, tal como va la situación, es posible que nunca más retome el poder.

Entonces, yo les pido a los bolivianos que no vean con pesimismo la situación de la oposición. Estamos fragmentados, pero tenemos la fuerza del pueblo y la razón de nuestro lado y llegado el momento unificaremos el voto en un candidato y venceremos el 2025.

RELACIÓN CON EL VICEGOBERNADOR

 Durante su año de encierro, ha salido a la luz las diferencias de su administración con el vicegobernador, ¿cuál es el origen de este alejamiento?

Mi secuestro es parte de un plan del masismo para descabezar a Santa Cruz y para apropiarse del Gobierno departamental. Esto ya lo hizo el masismo en el 2008, en Pando y luego en Beni, donde encarcelaron a los gobernadores y luego pusieron en la Gobernación a un títere del masismo.

Y lo que ha ocurrido en Santa Cruz es que a mí me secuestran el 28 de diciembre y tres días después el vicegobernador ya envió una comunicación a la Asamblea Legislativa Departamental preguntando por los mecanismos de sucesión; cuando lo correcto era que todos los funcionarios estuvieran defendiendo la gestión. Eso hizo evidente que hay una corriente interna que pretende ser funcional al golpe masista.

Mi misión es llevar la gestión de la Gobernación y, además, defender los principios de la democracia y la libertad porque ese es un mandato del pueblo cruceño, si alguien de mi partido o de la institución no se anima a acompañarme en esa tarea dura, tiene todo el derecho de abandonar esta lucha.

LA CÁRCEL

Camacho pasa los días aislado del resto de la población penitenciaria. Al gobernador cruceño le acondicionaron un espacio cerca de la enfermería, en donde una temporada compartió el espacio con su esposa, pero la mayor parte de su encierro la ha pasado en soledad.

– ¿Cómo es su rutina diaria en Chonchoro? ¿Con cuánta gente está en contacto por día?

Es la rutina de un preso político en una cárcel de máxima seguridad. Encierro, incomunicado casi permanentemente, como ya se sabe me han negado el acceso a los servicios médicos en un centro hospitalario. Pero la clave de todo esto es mantener despierta la llama de la resistencia y la lucha, tal como nos encargó la gente en los 21 días. El desafío es resistir hasta vencer, la historia enseña que todas las dictaduras caen y siempre triunfa la democracia.

– ¿Qué fue lo más duro que pasó en este año en prisión?

Hubo varios momentos difíciles. Cuando vi que el masismo pretendía destruir el acuífero Güenda Urubó sentí mucha impotencia, hubiera querido estar allá para encabezar esa lucha porque sé bien que si se toca el acuífero, nuestra Santa Cruz pasará a ser una ciudad sin calidad de vida. El agua es un asunto de vida o muerte para nosotros. Los funcionarios, las instituciones, las plataformas y la gente lo hicieron bien. Y hasta hoy hemos ganado esa lucha.

En lo personal, lo más duro fue no estar en el nacimiento de Rafael, mi hijo.

También debo decir que hubo momentos buenos. Lo más bonito fue recibir tantas muestras de cariño y lealtad de parte de bolivianos de cada rincón del país. Por eso le pido que me permita mediante esta entrevista mandar un abrazo de Navidad, lleno de agradecimiento y cariño a los hogares bolivianos. Que Dios los bendiga.

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