Una Navidad de guerra, una Navidad de sangre. Los combates contra Hamás en Gaza no cesaron y los bombardeos israelíes siguieron golpeando intensamente la Franja ayer y todo el fin de semana.
Entre los más duros estuvo el del campo de refugiados de Al-Maghazi, en el centro de la Franja, donde murieron alrededor de 70 personas, según el Ministerio de Salud liderado por Hamás.
Los ataques de las fuerzas israelíes contra la palestina Franja de Gaza, desde el 7 de octubre último hasta ayer, dejaron 20.915 muertos y 54.918 heridos, informó una fuente gubernamental. El portavoz del Ministerio de Salud de esa ciudad, Ashraf Al-Qudra, declaró que tal cifra de víctimas se elevó luego de que en las 24 horas precedentes resultaron abatidos 241 civiles palestinos, en tanto 382 sufrieron lesiones.
Según la fuente, los incesantes bombardeos de Israel en Gaza destruyeron o dañaron también casi la mitad de las viviendas del territorio costero. En tanto, alrededor de dos millones de pobladores fueron desplazadas de ese enclave.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de testimonios “desgarradores” recogidos por sus equipos en el hospital donde fueron ingresados.
“El equipo de la OMS escuchó las desgarradoras historias del personal médico y de las víctimas del sufrimiento causado por las explosiones”, escribió en la red social X (antes Twitter) el responsable de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, según el cual “este último ataque contra una comunidad en Gaza muestra claramente por qué se necesita un alto el fuego inmediato”.
El ejército israelí anunció que había abierto una “investigación” sobre todo el asunto, sin facilitar más información por el momento.
Las esperanzas de una posible tregua y de un nuevo intercambio de rehenes (unos 130 siguen retenidos en Gaza) parecen actualmente casi nulas.