El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha confirmado este lunes el hallazgo de un micrófono en las oficinas del comandante en jefe, el general Valeri Zaluzhni, un día después de que la información apareciera en los medios.
«Ayer, durante una inspección rutinaria de las instalaciones, en uno de los lugares se encontraron elementos del equipo para la obtención de información», ha señalado el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas en un breve comunicado publicado en su perfil de la red social Facebook.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha sido informado de dicho descubrimiento para que determine las circunstancias, las posibles consecuencias y las personas que se podría haber visto involucradas.
Por su parte, Zaluzhni ha minimizado estos hechos y ha afirmado que difícilmente la seguridad del Estado se haya visto comprometida. «La investigación demostrará lo qué puede ser», ha dicho a los medios en los márgenes de un evento militar.
En ese sentido, ha descartado que en los lugares en los que se han hallado estos dispositivos se hayan revelado secretos de Estado, si bien ha confirmado su participación en algunas de estas reuniones.
El SBU informó en la víspera de que dichos aparatos no se encontraron en la oficina personal de Zaluzhni, sino en algunas de las habitaciones que podrían haber servido para futuras reuniones, así como en las salas que utilizan algunos de los empleados del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
A medida que ha ido transcurriendo el conflicto, la figura de Zaluzhni ha ido cobrando cada vez mayor relevancia, considerado uno de los artífices de la resistencia de Ucrania frente a Rusia, en algunos círculos se cree que podría tener aspiraciones políticas una vez finalice la guerra.
El supuesto distanciamiento entre Zaluzhni y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, alcanzó su punto álgido hace unas semanas, cuando el primero aseguró que se había alcanzado un «punto muerto» en el conflicto, lo que no gustó al Gobierno.
El propio Zelenski afeó en los medios estas palabras, advirtiendo del «gran error» que cometerían los altos mandos del Ejército si durante la guerra actúan pensando en que estarán en la arena política cuando finalice.