Argentina se impuso anoche por 0-1 a Brasil en el clásico disputado en el Maracaná; se confirmó como líder de la clasificación de las eliminatorias sudamericanas al Mundial de 2026 y hundió en una crisis a la Canarinha, que nunca antes había perdido tres partidos seguidos en eliminatorias y menos como local.
La victoria con un gol de Otamendi en el segundo tiempo (17’), con golpe de cabeza, en un clásico empañado por un incidente violento en las tribunas le permitió a Argentina terminar el año como líder de las eliminatorias.
La humillante derrota en el mítico estadio carioca, en cambio, hundió a Brasil al sexto lugar en la clasificación, el último de los que garantizan cupo para el Mundial, y dejó en la cuerda floja al seleccionador interino, Fernando Diniz, cuya cabeza fue pedida a gritos.
Brasil, que en sus últimos compromisos por las eliminatorias cayó ante Uruguay, Colombia y Argentina, no perdía tres partidos oficiales seguidos desde 2001.
El clásico comenzó con casi media hora de atraso debido a que, ante una pelea generalizada en la tribuna en que estaban concentrados los hinchas argentinos y una fuerte represión policial, los jugadores de la Albiceleste intentaron calmar los ánimos y, ante el fracaso de sus intentos, se retiraron a los vestuarios por 17 minutos hasta que se jugó con normalidad.