Con la elección de Javier Milei como presidente de Argentina, Bolivia tendrá que negociar cada vez más con el sector privado en lo que a comercio exterior se refiere, lo que, hasta cierto punto, podría tener efectos positivos en el país, consideran analistas y actores privados.
Milei ya anunció la privatización de las empresas públicas argentinas, como Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). “Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado va a estar en manos del sector privado”, declaró el economista liberal.
El analista en hidrocarburos Álvaro Ríos señaló que, con estas medidas, Milei busca inversión extranjera directa, por lo que da mayor protagonismo al sector privado para la exportación de gas a Chile, Brasil y, en unos años, a Bolivia. Además, busca potenciar la producción de sus yacimientos en Vaca Muerta.
Con las reformas de Milei a mediano plazo, el Gobierno boliviano dejará de negociar con el Estado argentino y lo hará con empresas privadas en función al movimiento de los mercados, ya no en base a acuerdos políticos entre estados, explicó el experto.
El Gobierno de Arce, por ejemplo, deberá negociar con privados el uso de ductos que hasta mediados de 2024 servirán para exportar gas a Argentina. “Bolivia va a tener que ser flexible y trabajar con el sector privado para que nuestros ductos no se queden vacíos. Si no hace descubrimientos de gas, tendremos que negociar la compra con privados argentinos”, dijo Ríos.
Comercio
El consultor financiero Jaime Dunn coincidió al manifestar que “Bolivia tendrá que ver muchos negocios a nivel de privados” y que los empresarios bolivianos también podrían tener un rol más preponderante. “Bolivia tendrá que acostumbrarse a lidiar con empresas privadas y ahí el juego es distinto, es sobre resultados y no favores políticos”, añadió.
El economista apuntó que el contrabando hacia Bolivia podría reducirse con la implementación de ciertas medidas que encarezcan los productos argentinos.
En ello coincidió el gerente de la Cámara de Exportadores, Marcelo Olguín, quien señaló que si en Argentina se mantenía la “línea política anterior la cosa hubiera seguido deteriorándose y no hubiera sido positivo para Bolivia”.
Dunn también consideró que las remesas de Argentina a Bolivia podrían bajar producto de una ralentización de la economía de aquel país al menos en un corto plazo. El economista Gonzalo Chávez señaló que una dolarización de Argentina afectaría las importaciones bolivianas.
“Milei no va a tener relaciones con los países del socialismo del siglo XXI, y allí está Bolivia y el Gobierno del MAS”, dijo. Por tanto, “también es probable que el cierre del contrato de gas se acelere por estas diferencias ideológicas que van a pesar cada vez más”
En el plano económico, agrega Chávez, “si Argentina logra una estabilidad, los precios de los productos argentinos van a subir”. “Lo que más les compramos es diésel, gasolina y harina de trigo”.