El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, confirmó este martes que dos de los cuatro estadounidenses secuestrados en México fueron encontrados sin vida.
Durante una llamada telefónica en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador dijo que de las cuatro personas secuestradas, dos fueron encontradas sin vida, una persona está herida y la otra está «con vida».
Villareal agregó que “ambulancias y personal de seguridad” están atendiendo y brindando apoyo médico a los sobrevivientes.
La información también fue confirmada por el fiscal general de Tamaulipas, Irving Barrios, quien añadió en Twitter: “Derivado de las acciones conjuntas de búsqueda, fueron encontrados los cuatro ciudadanos estadounidenses privados de su libertad el pasado viernes. Lamentablemente, dos muertos. Los trabajos de investigación e inteligencia continúan para capturar a los responsables. Más adelante se darán detalles”.
Los cuatro estadounidenses secuestrados en México este viernes formaban un grupo muy unido de amigos que viajaban desde Carolina del Sur para que uno de ellos –una madre de seis hijos– pudiera someterse a un procedimiento médico al otro lado de la frontera, dijeron dos familiares a CNN.
Latavia «Tay» Washington McGee, de 33 años, viajó a México con Shaeed Woodard, Zindell Brown y su amigo Eric para someterse al procedimiento, pero nunca llegó a la cita con el médico este viernes, dijo su madre Barbara Burgess a CNN.
Este domingo, Burgess dijo que fue informada por el FBI de que su hija había sido secuestrada y estaba en peligro. «Me dijeron que si me llamaba que les llamara», dijo.
Los estadounidenses desaparecidos llegaron en coche a la ciudad fronteriza de Matamoros y fueron tiroteados por un pistolero no identificado y «metidos en un vehículo y sacados del lugar por hombres armados», según el FBI.
En el ataque también murió un transeúnte mexicano inocente, según declaró el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar.
Los investigadores creen que los estadounidenses fueron atacados por error por un cártel mexicano que, probablemente, los confundió con narcotraficantes haitianos, según ha declarado a CNN un funcionario estadounidense familiarizado con la investigación en curso.
Los ciudadanos estadounidenses no tenían antecedentes penales preocupantes que hayan sido identificados por los investigadores, dijo la fuente.
El grupo de amigos –que estaban unidos «como el pegamento»– creció junto en Carolina del Sur, dijo Zalandria Brown, hermana de Brown, a la CNN.
«Zindell es como mi sombra, es como mi hijo, es como el hueso de mi cadera. Somos así de unidos», dijo la hermana.
Esta era la segunda vez que Washington McGee iba a México para someterse a un procedimiento médico, dijo su madre. Hace unos dos o tres años, dijo Burgess, su hija viajó al país para someterse a una intervención quirúrgica.
México se ha convertido en un destino popular para el «turismo médico», atrayendo a viajeros que pueden estar buscando alternativas más baratas o tratamientos médicos que no están aprobados o no están disponibles en EE.UU. Pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) advierten de que esta tendencia creciente puede conllevar riesgos peligrosos según el destino y el centro, como infecciones y posibles complicaciones tras el procedimiento.