Según el dirigente, el pedido de revocatorio es resultado no solo de un cabildo nacional que se organizó en el país, sino también del clamor popular por la manera en que está gobernando Arce desde finales del 2020.

«La posición cívica no va cambiar porque una autoridad local, departamental o nacional no esté de acuerdo», respondió Ávila en alusión al alcalde de la ciudad de Tarija, Johnny Torres, que está en desacuerdo con la determinación.

La autoridad edilicia argumentó que al gobierno de Luis Arce hay que dejarle trabajar para solucionar los problemas económicos y sociales que se generan en el país.

Sin embargo, el dirigente cívico consideró que existe descontento en la población boliviana que siente ha sido engañada por incumplir con su oferta electoral de pacificar el país, buscar el pacto social y dedicarse a trabajar en unidad para salir de la pandemia y la crisis económica.

Añadió que el mandato de Arce comenzó con una «cacería» política – judicial contra exautoridades del anterior gobierno, líderes políticos de la oposición y dirigentes cívicos.