El expresidente Evo Morales aseguró este domingo que la gestión de Luis Arce “está hundiendo al país” económicamente por el déficit en la balanza comercial, el incremento de la deuda externa e interna y porque el país no tiene plata ni para pagar a las empresas importadoras de combustible.
“Esa es la realidad y eso es lo que está pasando en este momento. Las mentiras no duran y dejan mucho que desear”, declaró en su programa dominical, asegurando que el país está volviendo a los tiempos de Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa, cuando la administración estatal dependía de los préstamos internacionales.
Morales lamentó que el gobierno heche la culpa a los senadores radicales por no haber aprobado la contratación de créditos internacionales y no tome en cuenta que, según publicaciones de prensa, la deuda interna ya crece a un ritmo de 11 millones de dólares por día, lo que incide en la baja calificación de riesgo país.
Puso énfasis en la exportación de hidrocarburos y señaló que el mejor año fue el 2015 y 2016. El 2019 había un ingreso de 1.228 millones de dólares; el 2021 el país tuvo 89 millones de dólares y el 2022 el resultado fue menos 456 millones y este año subió a menos 800 millones de dólares, manifestó.
Recordó que el 2019, el país tenía una capacidad de producción de 61 millones de metros cúbicos/día, luego bajó a 47 millones, “hoy dicen que está en 37 millones y no quieren dar información”, comentó.
Con datos de los transportistas, señaló que hay escasez de diésel porque el gobierno no tiene dinero para pagar a las empresas importadoras del combustible, motivo por el cual en las últimas horas se han formado largas filas en los surtidores. Incluso dijo que él cambiará de movilidad a una que funciones con gasolina porque no hay diésel.
Dijo que advirtió de manera personal al presidente Luis Arce de la situación económica que se avecina y le sugirió diseñar un plan de emergencia para no llegar al 2025 con una producción de 30 millones de metros cúbicos por día.
También planteó al gobierno convocar a una cumbre nacional para enfrentar de manera conjunta la crisis económica, pero el gobierno lo descartó aduciendo que la economía está bien.