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El saldo de la deuda interna y externa llega al 80% del PIB a agosto de 2023

La deuda pública interna y externa crece aceleradamente y alcanza el 80 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a agosto de 2023. La deuda interna representa más del 50 por ciento del total, esta última se ha incrementado en más de 500 por ciento en los últimos cinco años, a diferencia de la deuda externa, que sólo creció en 130 por ciento.

Hasta el 31 de agosto pasado, el saldo de la deuda pública interna y externa estaba en 29.554 millones de dólares, de los cuales 12.375 millones de dólares corresponden a la deuda externa y los restante 17.179 millones de dólares (119.565.840.000 bolivianos), según datos del Ministerio de Economía y Finanzas, procesados por el Observatorio Económico de la ICAM. 

Esta situación preocupa a los economistas, pues pasa los límites de la sostenibilidad y puede llevar a un desequilibrio macroeconómico.

El director ejecutivo de la Fundación Milenio, Henry Oporto, indica que el Gobierno recurre al endeudamiento interno porque el endeudamiento externo está muy restringido y no puede recurrir fácilmente a él por los malos indicadores económicos del país, la baja de las Reservas Internacionales Netas (RIN), venta de oro y otros. 

“El Gobierno tampoco ha conseguido créditos bilaterales, no accedemos al mercado internacional de créditos y tampoco se sabe si hay contratados créditos bilaterales y si lo han hecho es muy pequeño, no satisfacen la magnitud de lo que se necesita y son para proyectos específicos, no son de libre disponibilidad. Los únicos de libre disponibilidad son los créditos de la CAF”, dice.

Con la situación económica del país, la previsión de Oporto es que este año la deuda interna suba, porque es la única forma que tiene el Estado de percibir recursos. “Mantenemos un déficit interno del 7 por ciento y desde el punto de vista del financiamiento la situación es muy delicada”, indica.

A criterio del economista, el Estado vive una situación de crisis fiscal, por el alto déficit. “Necesita mil millones de dólares para importaciones mensuales y las RIN están a 3 mil millones de dólares”, explica. 

El economista José Gabriel Espinoza coincide en que, este año, el Gobierno está siendo muy agresivo en la emisión de deuda interna para compensar la falta de llegada de créditos externos, sobre todo, la emisión de bonos soberanos. 

“Se tenía planificado emitir 2 mil millones de dólares en bonos soberanos; eso no se está pudiendo hacer, eso tiene un efecto negativo en las RIN. Bolivia no está recibiendo los suficientes dólares, por eso el Banco Central sigue sin mostrar los niveles de las RIN (…), entonces el Gobierno está reemplazando el déficit de deuda externa con préstamos, sobre todo, del Banco Central”, sostiene.

El BCB es el mayor financiador del Gobierno, pero también se recurre a la Gestora de Seguridad Social.

“Hoy en día, quien sostiene al Gobierno es el BCB, pero eso genera más presión sobre el tipo de cambio, se están introduciendo mucho bolivianos a la economía más de lo que se debería. Esta política a la que recurre el Gobierno es muy peligrosa para la estabilidad macroeconómica y el acceso a financiamiento que muchas familias hoy lo necesitan”, expone Espinoza.

El Gobierno paga la deuda interna sacando más crédito interno. “Al Gobierno, esta deuda no le interesa mucho, porque siempre puede obligar o pedir a estos dos que le sigan prestando más dinero para pagarse con el propio préstamo la deuda interna”, afirma el entrevistado, quien sostiene que con el Estado acaparando todos los recursos nacionales se deja al sector privado sin divisas, especialmente a la banca. 

El endeudamiento interno es de libre disponibilidad y no debe rendir cuentas a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), como pasa con los préstamos externos, que son fiscalizados y son entregados para proyectos específicos.

El Estado tiene déficit fiscal desde 2014, porque los ingresos no son suficientes para cubrir el gasto, principalmente el gasto público. “Ese dinero (del BCB y Gestora) debería estar disponible para el sector privado, pero el Gobierno absorbe todo. Esa situación pone a los privados en una situación compleja. Hoy en día, acceder a créditos en el sector privado es cada vez más difícil”, asegura el economista Jaime Dunn.

El déficit fiscal de 2022 llegó a 3.150 millones de dólares aproximadamente, el cual fue financiado en un 40 por ciento por créditos del BCB, de acuerdo con datos oficiales analizados por la Fundación Milenio en su Informe sobre la Economía de Bolivia.

Para el economista Fernando Romero, se debe hacer un reajuste de las finanzas públicas y tener cuidado con la deuda pública, que está sobrepasando los límites. 

Argumenta que la situación es diferente en países más desarrollados que tienen deudas superiores, pero son economías grandes que producen todo lo que consumen, pero para Bolivia eso no es así.

“Eso genera mayor presión fiscal y puede llevar a un desequilibrio macroeconómico, estamos más allá de los límites idóneos y no hay mucho margen para inversión pública educación, salud y políticas sociales porque están endeudándose mucho, pero los ingresos han bajado”, indica.

La alta deuda también puede impedirle cumplir con los pagos por los créditos que adquirió y pone más presión sobre la inflación.

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