El incremento de casos de trata y tráfico de personas en el país alarma por la presunta presencia de organizaciones criminales extranjeras como el Tren de Aragua. Una experta señala que los controles en las fronteras son “débiles”.
Un niño (8) venezolano fue rescatado el fin de semana en Potosí, quien estaba en manos de dos venezolanos y un boliviano. La fiscal de ese departamento, Roxana Choque, informó que, de acuerdo a las primeras indagaciones, el menor estaba con su madre en Perú, pero fue captado por los ahora detenidos.
Señaló que ingresaron a Bolivia por el lago Titicaca, luego llegaron hasta Cochabamba, donde se quedaron por tres días y obligaron al muchacho a vender dulces, pero además lo golpearon. Después viajaron a Potosí y fue en la terminal de buses, donde el niño sostenía una discusión con sus captores, que intervino personal de la Defensoría de la Niñez.
El niño denunció que no eran sus familiares y los hombres no supieron esclarecer la situación.
La abogada Jessica Echeverría mostró su preocupación ante los casos de trata y tráfico de personas con distintos fines. “Esto es muy preocupante y que lastimosamente significa que no existe un mayor control en fronteras”, señaló.
La Policía señaló que se reforzaron los controles ante la presunta presencia de mafias.
Otro caso
En la localidad de Bulo Bulo, Entre Ríos, tres menores —dos de 13 años y una de 12—, que fueron reportadas como desaparecidas el mes de septiembre, fueron encontradas en poder de una mujer de 20 años.
El comandante de la Policía de Cochabamba, Rene Ríos, informó que la raptora no sabía cómo justificar la tenencia de menores, por lo que fue aprehendida.