En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el presidente de Bolivia, Luis Arce, propuso siete ideas o planteamientos para el mundo, en la perspectiva de establecer nuevo orden donde prime la solidaridad, la complementación y la colaboración por encima del egoísmo y la mezquindad.
La primera propuesta de Arce es declarar al mundo como territorio de paz. “Debemos poner fin de una vez por todas a la carrera armamentista y priorizar el diálogo sincero y la diplomacia de los pueblos, para resolver los conflictos armados que amenazan la existencia de la humanidad”, dijo.
Expresó preocupación por la escalada de la violencia en el conflicto en Europa del este y la amenaza de varios países para de agravar la situación, a través de un enfrentamiento con el uso de armas de destrucción masiva.
“El gasto militar en el mundo ha llegado a cifras históricas. Hasta abril del 2023 el mundo invirtió más de 2,24 billones de dólares en armas y en la industria de la guerra. Si estos recursos se invirtieran en la paz, en la mediación, el diálogo el desarrollo de los pueblos y en la vida, en lugar de la destrucción y la muerte, no nos encontraríamos al borde de una crisis”, agregó.
El mandatario boliviano señaló que una paz genuina sólo podrá ser alcanzada a través de la implementación efectiva de los mecanismos previstos en la carta de Naciones Unidas y la eliminación completa de todo tipo de armas.
La segunda propuesta de Arce consiste en quebrantar cuanto antes el orden internacional, que considera injusto y debatir en el marco de las Naciones Unidas para construir un nuevo “pacto para el futuro”.
“Desde Bolivia hemos empezado a discutir la posibilidad de un nuevo pacto para el futuro (…) Estamos obligados a abordar las necesidades de las generaciones presentes y futuras de manera equitativa. No podemos permitir que un niño muera hoy de hambre para asegurar la merienda de otro niño que todavía no ha nacido, eliminar la pobreza y las desigualdades hoy prevendrá inimaginables conflictos de distribución económica y ecológica en el futuro”, afirmó.
Pidió que para, reconstruir la confianza, se debe forjar la reciprocidad por ejemplo liberando todas las transferencias de tecnología que ayude a salvar vidas y restaurar la Madre Tierra.
El tercer planteamiento es cambiar el sistema capitalista. Arce manifestó que este sistema, en tiempos de neoliberalismo, multiplica y reproduce las formas de dominación, explotación y exclusión de las grandes mayorías.
Sostuvo que existe una “irreversible marcha hacia un mundo multipolar” y resaltó iniciativas como los BRICS que permiten acceder a mercados internacionales sin la necesidad de comprometer la soberanía.
Destacó los logros económicos de Bolivia y resaltó que se consiguieron “sin subir las tasas de interés, sin practicar políticas monetarias neoliberales y siempre cuidando del bolsillo de los más pobres”,
El cuarto planteamiento del mandatario boliviano en la ONU es la necesidad de acciones concretas y compromisos renovados frente a la crisis climática.
Defendió una visión alternativa anticolonial frente al capitalismo y el mercantilismo. Además planteó que todos los países asuman sus responsabilidades, en particular los desarrollados, para la compensación y reparación histórica de la deuda climática.
Dijo que el primer paso de la reparación climática cumplir los compromisos pendientes sobre acuerdos de transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades en esta problemática.
Arce instó también a la Asamblea General prestar atención al problema de la escasez de agua en los países más pobres.
En quinto lugar, el jefe de Estado pidió continuar con una mirada más amplia de los derechos humanos y la democracia.
Afirmó que no hay democracia sin desarrollo y que el mejor indicador es el ejercicio de los derechos colectivos protegidos por el Estado y conjugados con la participación democrática de los colectivos sociales.
Arce dijo que en que en Bolivia la participación activa de los pueblos indígenas en los asuntos del Estado ha posibilitado logros recientes. También destacó la necesidad de proteger a las mujeres, para que así puedan vivir sin miedo a la violencia y ejercer sus derechos sexuales y reproductivos con acceso a los servicios de salud universal.
La sexta idea de Arce es “desterrar el sistema internacional de la implementación de sanciones y medidas coercitivas unilaterales”.
En ese marco, tildó de “ilegal, inhumano y criminal” al bloqueo económico y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba. Afirmó que esta medida ha dificultado el acceso a alimentos, medicinas y otros bienes básicos, generando el sufrimiento humano.
En el séptimo planteamiento, Arce llamó a detener lo que consideró un “atropello” contra el pueblo palestino en cuanto a la ocupación de territorio por parte de Israel.
Abogó para que Palestina construya su propio Estado libre, independiente y soberano, teniendo a Jerusalén Oriental como su capital.
Por último, el presidente llamó a que la ONU mantenga su carácter intergubernamental, pero sin subordinación a ningún poder hegemónico, sea económico, político o militar.